Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 15 de octubre de 2016
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito una vez más a ensanchar vuestros corazones al comienzo de este Año Mariano que está totalmente dedicado a Mí.
Deseo verdaderamente realizar grandes obras de conversión, de santificación y de perfección para cada uno de vosotros. Pero sólo podré hacerlo si vosotros ensancháis vuestros corazones y os esforzáis verdaderamente por obedecer Mis Mensajes.
El Padre me concede gracias especiales en este Año Mariano para dároslas, pero sólo podréis recibirlas si rezáis y rezáis mucho.
También quiero deciros Renunciad de una vez por todas a vuestra hambre de la estima de la gente, de los honores y glorias de este mundo, de las vanidades que tenéis. Para que podáis ser verdaderamente libres por dentro como el esclavo que liberé en Mi Capilla del Morro dos Coqueiros en Aparecida.
Para que entonces, libres de toda esclavitud al mundo y a vosotros mismos, gocéis de la verdadera libertad de los hijos de Dios y de Mis hijos.
Continuad rezando el Santo Rosario todos los días. Usad con amor Mi Escapulario Gris de la Paz, pues a todos los que lo usen los liberaré del Purgatorio el mismo día de su muerte.
A todos bendigo con el amor de Aparecida, Fátima y Jacareí».
(Santa Lucía): «Queridos hermanos, yo Lucía, vengo hoy una vez más a deciros: Amad más a Dios y a la Madre de Dios, no con palabras, sino con obras. Ya están agotados de tantos que les aman sólo con palabras y les decepcionan con sus actitudes.
Que vuestras obras demuestren a Dios y a la Madre de Dios vuestro amor. Que crezcáis también en humildad renunciando de verdad a lo que en vosotros os lleva a la vanidad, a los honores, a las glorias de este mundo, a ser considerados como sabios o personas especiales.
Que cultivéis la humildad que no es sólo ponerse en último lugar, sino reconocerse verdaderamente como nada. Piensa en el día de tu muerte, piensa en qué se convertirá tu cuerpo tras una semana en la tumba. Y veréis que el cuerpo no es nada, y que si vosotros, hermanos míos, os dejáis dominar por la vanidad, acabaréis perdiendo el alma.
Los que se preocupan demasiado por la belleza del cuerpo, dejan que el alma se adorne con la vanidad. Con esto no quiero decir que no debáis andar limpios y alineados. Sí, ¡debes hacerlo! Pero la vanidad hará que tu alma pierda poco a poco la belleza de la humildad, la inocencia, el candor, la modestia y la gracia de Dios.
Cuida tu alma más que tu cuerpo. Cultiva la humildad que consiste verdaderamente en hacerse el servidor de todos, el más pequeño de todos.
Imita a la Madre de Dios que, siendo Reina, se hizo Sierva y por ello fue exaltada por encima de todas las criaturas del Cielo.
Imitad también el candor de la Madre de Dios teniendo en vuestros corazones sentimientos celestiales y desterrando de ellos los sentimientos mundanos.
En este Año Mariano Ella desea intensificar sus gracias en vuestras almas y en vuestras vidas, pero sólo puede hacerlo si vosotros lo deseáis. Así que rezad más, dedicadle más tiempo a Ella en la intimidad de la oración, dilatad más vuestros corazones, decid no a las cosas mundanas y a vosotros. Y verás cómo Ella actuará y obrará en ti.
Rompe los grilletes que te atan al mundo, como el esclavo que la invocó para que rompiera sus grilletes en la Colina del Coco y verás cómo la Madre de Dios te liberará verdaderamente de todo lo que te esclaviza.
Y empezarás a sentir la gloriosa libertad que sólo tienen Sus verdaderos hijos que ya han muerto por el mundo y por sus propios cuerpos y viven sólo para Ella y para el Señor.
A todos bendigo con amor ahora desde Catania, Siracusa y Jacari.
Continuad rezando el Santo Rosario todos los días, porque en este Año Mariano recibiréis grandes gracias e incluso milagros sin precedentes».
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