Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 16 de julio de 2016
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, cuando celebréis Mi aparición a Mi hijito Simón Stock, os pido: Usad con gran amor mi Escapulario Marrón y rezad el Rosario todos los días.
Si hacéis esto, os prometo todas las gracias necesarias para la salvación, también Mi asistencia con vosotros en la hora de la muerte y os daré verdaderamente a vosotros y a vuestros familiares la liberación del fuego del purgatorio el sábado siguiente al día de vuestra muerte.
Además, prometo cubrir con grandes gracias de mi Corazón a todos aquellos que lleven mi Escapulario Marrón. Y a los que lo difundan entre mis hijos les prometo un gran grado de gloria en el Cielo.
Vive el verdadero amor filial a Dios, amando con todas las fuerzas de tu corazón y haciendo todo para agradarle, porque lo que el Padre quiere de ti es amor. Y el único derecho que tienes es amarle y dejarte amar por Él, y Dios tiene derecho a querer ser amado por todos vosotros, hijos míos.
Y este amor Suyo que es grande, que ha quemado los corazones de los Santos quemará también vuestros corazones y os transformará en llamas incesantes de amor que transformarán el mundo entero en un gran horno de amor.
¡Vivid el amor, vivid en el amor, sed amor!
A todos bendigo con amor desde Fátima, Montichiari y Jacareí».
(Santa Lucía): «Queridos hermanos, yo, Lucía, Luzia, vengo hoy una vez más del Cielo para deciros: Sed rosas místicas de amor. Morid a vosotros mismos y a vuestra voluntad, a vuestras opiniones y a vuestros deseos. Y entonces morirá en vuestros corazones la flor negra del amor propio, del orgullo, de la rebelión y del pecado, y en su lugar nacerá la nueva rosa del amor perfecto a Dios y a la Madre de Dios.
Rezad, rezad hasta que esta rosa de amor puro nazca y crezca en vuestros corazones. Estoy con vosotros, os amo más cada día y quiero ayudaros a convertiros en rosas luminosas de amor a Dios y a la Madre de Dios cada día de vuestras vidas.
Mis queridos hermanos y hermanas, os pido que leáis todos los días el Segundo Libro de la vida de nuestra Santísima Reina, María. E intentad imitar sus virtudes, el amor, la fidelidad y la obediencia a Dios. Y meditad también el mensaje que Ella y el Señor os dieron aquí el domingo pasado, porque verdaderamente en Ella se encuentra una gran luz y una gran sabiduría para todos vosotros.
Os bendigo con amor desde Catania, Siracusa y Jacari».
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