domingo, 17 de julio de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Mis queridos hijos, hoy, de nuevo estoy muy contenta de veros aquí Conmigo hasta ahora esperando Mi Mensaje.

Mi Corazón se regocija en vuestra presencia de amor Aquí y de nuevo os pido hoy: Sed mis rosas místicas de amor, dejando crecer en vuestros corazones el verdadero amor por Dios y por Mí. Es hora de que os convirtáis realmente en esa mi rosa de amor que he venido a buscar Aquí hijos Míos.

Así que ahora es el momento de rezar más, es el momento de volverse más hacia el verdadero amor porque el tiempo se acaba. Pronto llegarán los Castigos y los tres días de oscuridad y ya nadie podrá siquiera meditar sobre el amor verdadero, y mucho menos crearlo en el corazón.

Así que dejad todas las cosas mundanas que hasta ahora han ocupado el lugar de Dios en vuestros corazones y cread para Él el amor filial verdadero y correcto que Él desea y que espera de todos vosotros aquí.

De este modo morirán en vuestro corazón las rosas negras de las cosas mundanas, del apego a ellas y a vuestra voluntad. Y, finalmente, florecerán en vuestros corazones las rosas del verdadero amor a Dios.

Yo soy vuestro jardinero celestial, mi misión es cultivar y plantar en vuestros corazones estas rosas del verdadero amor. Dejadme trabajar en vosotros, en vosotras, y Yo haré crecer verdaderamente en vuestros corazones estas rosas de amor verdadero.

Sólo os pido docilidad, oración y amor y el resto lo haré Yo.

En verdad hijos Míos, el tiempo se acaba, no hay más tiempo que perder con las cosas mundanas que son pasajeras. Aplicad todo vuestro esfuerzo y todo vuestro amor a aprender de los Santos el verdadero amor de Dios y a crearlo, a cultivarlo en vuestros corazones.

Ved, hijos Míos, que Aquí está Mi Escuela de Amor, pero cuántos de vosotros sois todavía duros y fríos y estáis lejos del verdadero amor. Cuando Dios os pide una renuncia o un sacrificio no podéis hacerlo. Por eso, vuestro amor es todavía débil, es todavía muy voluble, es muy pobre.

Vengo, pues, a aumentar vuestro amor, a fortalecer vuestro amor y a hacer que vuestro amor sea bello, precioso, rico a los ojos de Dios y capaz de hacer cualquier sacrificio de amor por Él.

Por tanto, dejaos inflamar por Mi Llama de Amor que quiere obrar en vuestras almas y corazones poderosamente ahora que queda poco tiempo. Todavía puedo apresurar y acelerar vuestra santificación y hacer que alcance el grado máximo que Dios desea, pero sin vuestra colaboración no puedo hacerlo

Por tanto, dadme vuestro «sí» y colaborad conmigo haciendo todo lo que os pida para que Mi Llama de Amor purifique, limpie, abra, santifique, embellezca, ilumine, perfume de verdad vuestros corazones con esa santidad suprema que Dios desea de vosotros.

Amad a Dios y amad también a mi Corazón Inmaculado con amor filial y os lo prometo hijitos: A cambio el Padre Eterno y Yo también os amaremos con todo Nuestro Amor. Sentiréis Nuestro Amor, recibiréis luces y gracias en vuestras almas y corazones que nunca antes habíais recibido. Porque las gracias más preciosas, más sublimes y más profundas, éstas no las damos a los que Nos sirven, a los que Nos aman, a los que Nos buscan con un amor servil, con miedo al castigo, ni a los que Nos buscan y Nos aman por Nuestras gracias y consuelos.

Sólo damos las gracias más profundas, fuertes y sublimes de Nuestro Amor a quienes Nos buscan y Nos aman con verdadero amor filial.

Ámanos así y te daremos todo nuestro amor, dándote luces, gracias, bendiciones que nunca antes habías recibido. Sobre todo, recibiréis un amor, una alegría tan fuertes, tan intensos en vuestros corazones que nunca antes habéis tenido.

Y ese amor y esa alegría llenarán y abrasarán tanto vuestros corazones que no desearéis nada, nada más en la tierra. Lo tendréis todo, tendréis el amor divino mismo en pura transformación en vuestros corazones: Mi Llama de Amor.

Y con esta Llama empezaréis ya a vivir el Cielo aquí en la Tierra, a sentirlo aquí en la Tierra y luego sólo lo continuaréis en la eternidad. Vuestro corazón se regocijará con el mismo amor y alegría con que los bienaventurados aman y se regocijan en el Cielo. Y entonces, hijos míos, vuestra vida será un verdadero, perfecto y perenne himno de amor al Señor y a esta Madre vuestra que nada desea más que vuestra salvación.

Cada día que pasa os amo más.

A todos miro ahora con amor, amo con todo el amor de mi Corazón y bendigo ahora con toda la ternura de mi Corazón Inmaculado de Fátima, de Montichiari y de Jacareí.

Continuad rezando mi Rosario todos los días y todas las oraciones que os he dado aquí. A través de estas oraciones y de mi Rosario, quemaré vuestros corazones con mi Llama de Amor. Y finalmente os transformaré en Mi Rosario místico de Amor, rosas cuyo aroma de santidad ahuyentará a todas las serpientes, es decir, a los demonios de este mundo y lo transformará, transformará al mundo en Mi divino y maternal Rosario de Amor.

A todos dejo Mi Paz, permaneced en la Paz del Señor».