Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 10 de julio de 2016
Mensaje del Sagrado Corazón de Jesús

(Marcos): Sí Señor mío y Dios mío, te amo, te amo con todo mi corazón. Sí, sí, lo haré. Sí, cuidaré de tu madre todos los días de mi vida.
(Sagrado Corazón de Jesús): «¡Hijos míos, mis amados hijos! Hoy vengo de nuevo a vosotros con mi Madre Santísima para deciros: ¡Grande es mi amor por vosotros!
Grande es mi amor por vosotros, porque os he llamado aquí, os he traído de tantos lugares hasta aquí, para colmaros de mi gracia, de la gracia de mi Madre en este día.
Grande es Mi Amor por vosotros, porque al enviar a Mi Santísima Madre aquí, en Jacareí, hace tantos años, para daros Sus Mensajes, para llamaros a la conversión y a la oración, os he dado, hijos Míos, la mayor prueba del amor de Mi Sagrado Corazón por vosotros, y he llenado verdaderamente vuestros corazones con Mi Gracia, con la Gracia de Mi Espíritu Santo.
Grande es mi amor por vosotros, porque al llamaros y traeros aquí no me he fijado ni en vuestras miserias ni en vuestros pecados. Más bien, sólo me fijé en el hecho de que sois Míos, sois Mis ovejas y Yo, como Buen Pastor, debía curaros, debía llevaros de nuevo a Mi redil, a Mi redil. Allí podré amaros, podré alimentaros con mi Palabra, con mi Gracia y con mi Amor, para transformaros en ovejas llenas de vida, de vida en abundancia.
Sí, Mi Sagrado Corazón no miró vuestras miserias, no Me apartaron de vosotros, al contrario, sirvieron para que tuviera de vosotros mucha más misericordia y piedad. Y esto es lo que quiero de vosotros, hijos Míos, quiero que comprendáis Mi gran amor por vosotros y que respondáis a ese amor diciendo «sí» a Mi voluntad a Mi Amor, al Amor de Mi Madre que lleva tantos años aquí Conmigo esforzándose por vuestro bien, y por vuestra salvación.
Yo busco el amor, vosotros, hijos Míos, sois Míos y lo que quiero de vuestros corazones es sólo el amor puro, el amor que no busca otra cosa que vivir en Mí, agradarme, hacer Mi voluntad. Esto es el Amor, ¿comprendéis? Es el amor que Yo quiero.
Sólo tienes un derecho: ¡amarme! Yo tengo derecho a amarte y a hacer contigo lo que quiera. Y lo que quiero hacer con vosotros es haceros santos, que ardáis con mi Llama de Amor y la Llama de mi Madre, transformando vuestra vida aquí en la tierra ya en el comienzo de la vida del Cielo mismo.
Por eso, venid a Mí, entregaos a Mi Amor, dejaos moldear de nuevo por Mi Amor. Cuando se echa un metal en un gran horno, al sobrecalentarse el metal se funde y se derrite tomando la forma que quiere el fundidor.
Eso es lo que quiero de vosotros, quiero que os arrojéis al horno ardiente de amor de mi Sagrado Corazón, para que allí pueda moldearos, pueda fundiros y transformaros a imagen y semejanza de mi Sagrado Corazón.
Por eso, deseo que me entreguéis verdaderamente vuestro corazón y que renunciéis a todas las cosas mundanas y a todo lo que os aleja de Mí. Para que Yo pueda actuar verdaderamente en vosotros y realizar esta maravillosa obra de transformación en todos vosotros.
Grande es Mi Amor por vosotros, ese Amor que Me hizo morir en la Cruz por todos y cada uno de vosotros. Quien quiera comprender el alcance de Mi Amor, que Me mire en la Cruz y comprenda cuánto os amé. Mirad Mi Pasión, meditad y contemplad Mi Pasión y entonces comprenderéis y sentiréis si hay otro amor en este mundo igual a Mi amor por vosotros.
Entonces, hijos Míos, vuestro corazón comprenderá cuánto amor morí por todos vosotros en la Cruz y cuánto, hijos Míos, aún hoy Mi Corazón sufre porque estáis lejos de Mí, lejos de Mi Amor. Os echo de menos. Os echo de menos. Tengo sed de vuestro amor porque os he creado para que Me améis y seáis amados por Mí.
Así pues, déjate amar por Mí, déjate vencer por la fuerza de Mi amor y del amor de Mi Madre, dándome tu corazón con tu «sí». Entonces, verdaderamente podré hacer en vosotros mi santa voluntad.
Venid, hijos Míos, y no tengáis miedo de acercaros a Mi Corazón, pues en él vuestras miserias desaparecerán más rápidamente que una paja arrojada al fuego. Y entonces quemaré vuestras almas con Mi gran Amor y haré de vosotros hornos de amor a través de los cuales quemaré e incendiaré todos los duros corazones de Mis hijos.
Sí, vosotros sois Mi semilla, Yo soy vuestro origen, vosotros sois las ramas y Yo soy la vid, el árbol de la vida. Permaneced en Mí, para que Mi savia de Amor circule en vosotros y a través de vosotros en las almas de Mis hijos que aún no Me conocen.
Si estáis bien, bien unidos a Mí, entonces Mi savia de Amor os transformará verdaderamente en ramas que darán mucho fruto. Y los dulces frutos de vuestra santidad y de vuestro amor serán verdaderamente bien aprovechados y bien saboreados por esa humanidad sedienta de paz, de amor y de verdad, de felicidad, pero que ha buscado estas cosas en los frutos envenenados de Mi enemigo.
Por tanto, sed verdaderamente los sarmientos que den a todos Mis hijos los frutos de Mi Corazón, los frutos de Mi Amor, para que todos coman, para que todos se fortalezcan y para que todos tengan vida en abundancia en Mí.
Grande es Mi Amor por vosotros que os ha traído aquí hijos Míos, que os ha sacado del camino de la ignorancia y a muchos del pecado, y os ha traído aquí, donde conocéis tantas maravillas de Mi Madre y de Mi Sagrado Corazón, donde recibís todo el amor, toda la paz, toda la fuerza.
Así pues, ¡ven! Ven a Mi Corazón con tu corazón lleno de Amor y dale por fin a Mi Corazón tu amor. Para que amándome así y amándote Yo, permaneciendo tú en Mí y permaneciendo Yo en ti, seamos uno en el amor para la perfecta gloria de Mi Padre y el Triunfo de Mi Corazón y del Corazón de Mi Madre.
Es la Hora de Mi Padre, quiero llevarte por fin a sentir, comprender y sumergirte finalmente en la trascendencia divina del amor de Mi Padre. Por eso, aquí se te ha dado la Hora de mi Padre que debes realizar, pues en ella ascenderás muy alto en el verdadero amor a mi Padre.
Y para que os acerquéis, conozcáis y os sumerjáis en el Amor de Mi Padre, deseo que a partir de ahora todos los años, el Segundo Domingo de Agosto, se celebre aquí la Fiesta de Mi Padre. Para que ese día os sumerjáis más profundamente en el conocimiento y en el Amor de mi Padre. Y que recibáis todas las grandes gracias que están represadas en el Corazón del Padre, porque la humanidad no Le conoce, no Le busca, no Le ama. Y finalmente aquí, estas grandes gracias serán derramadas.
Así pues, ¡venid, hijos Míos! Venid a cosechar abundantemente la gracia de mi Padre en su día. Vuestros corazones y vuestras oraciones serán un recipiente. Cuanto más recéis y más ensanchéis vuestros corazones, más cosecharéis en ese bendito día.
Por tanto, ensanchad, ensanchad vuestros corazones con muchos actos de amor, con muchas oraciones a mi Padre. Y entonces, verdaderamente ese día cosecharéis mucho, mucho amor, muchas gracias y saldréis de aquí verdaderamente rebosantes de las gracias de mi Padre.
Os quiero mucho y os ofrezco mi Sagrado Corazón para que sea vuestra morada. Venid, hijos Míos a los que tanto he amado, a los que he llamado Aquí, a los que he traído aquí con Mi Amor y a los que he predestinado a una gran gloria y alegría en el Cielo.
Venid, dadme vuestros corazones y Yo os tomaré y me uniré a vosotros y seremos uno en el Amor para siempre.
A todos os bendigo ahora desde Paray-Le-Monial, desde Dozulé y desde Jacareí».
(María Santísima): «Mis queridos hijos, soy la Rosa Mística, soy la Inmaculada Concepción y Mensajera de la Paz.
Hoy, cuando ya estáis celebrando aquí el Aniversario de mis Apariciones en Montichiari, vengo de nuevo del Cielo para deciros: Sed mi Rosario de Amor, haciendo crecer en vuestros corazones las rosas del amor perfecto, de la oración, de la penitencia, de la gracia de Dios, para que verdaderamente vuestros corazones se transformen en ese Rosario místico de amor, que vine primero a pedir a mi hijita Pierina Gilli y después, a través de ella, que vayáis todos vosotros.
Dios busca el amor filial en la tierra. Con qué ansia y con qué sed desea ser amado por Sus hijos, pues Él creó a Sus hijos para amarle y ser amado por Él.
Pero el ser humano por egoísmo no quiere amar a Su Creador, quiere amarse sólo a sí mismo y quiere hacer para sí un jardín de rosas. Pero no la que Yo quiero, la rosaleda de los placeres, la rosaleda de las cosas mundanas donde crecen las rosas negras, de los vicios, de los pecados, de los placeres que matan el alma del pecador.
Y estas rosas negras con su perfume tóxico embriagan las almas y matan en ellas la vida de la gracia santificante, la vida del amor divino.
Para destruir esta rosaleda de Mi enemigo que el hombre por egoísmo permitió que se plantara en su corazón, vengo aquí a Jacareí para transformaros a todos en Mi Rosario de Amor y Santidad. Que destruya la rosaleda de Mi enemigo y que transforme verdaderamente los corazones de Mis hijos en rosaledas místicas de amor a Dios.
Para ello, cuento con vuestra ayuda, para hacer los Cenáculos, los grupos de oración que os he pedido por todas partes. Porque a través de estos grupos de oración y Cenáculos destruiré los rosales negros de Mi enemigo y de los hombres sin Dios. Y plantaré en los corazones de todos Mis hijos Mi Rosario de Amor, donde crecen las rosas místicas blancas de la oración y de la santidad, las rojas del sacrificio del amor y de la entrega, y las amarillas del arrepentimiento, de la penitencia y de la conversión para la mayor alegría del Padre Eterno y para el mayor Triunfo de Mi Corazón Inmaculado en el mundo.
Por eso, os invito a ser jardineros junto Conmigo plantando estas rosas místicas de Mi amor, primero en vuestros corazones y después en los corazones de vuestros hermanos.
Arrancad conmigo las rosas negras de las cosas mundanas, de las vanidades, de los pecados que Mi enemigo ha plantado en los corazones de Mis hijos. Y en su lugar plantad Conmigo Mis rosas místicas de Amor, para que Mis hijos se transformen verdaderamente en estas rosas de amor, que he venido a buscar para exhalar el perfume dulce y dulcísimo de la oración, de la santidad, del amor a Dios, del amor filial al Señor, de la entrega a Él, de la conversión por todas partes.
Sed Mi Rosario de Amor destruyendo todas las rosas negras que Satanás ha plantado en los corazones de Mis hijos con la palabra, con la oración, con el ejemplo, con vuestro trabajo de amor siempre ardiente ayudándome a salvar a las almas.
Sé que lo que os pido es una tarea difícil, pues Mi enemigo y la secta han trabajado duro para endurecer y hacer morir la fe en los corazones de todos Mis hijos. Pero, hijos Míos, junto Conmigo podréis transformar muchos jardines negros de Mi enemigo en hermosos y floridos jardines de Mi Inmaculado Corazón.
Por lo tanto, nunca renunciéis a salvar las almas de Mis hijos y a llevarles Mi Palabra, Mi Amor y Mi Gracia. Porque muchas almas que están llenas de las rosas negras de Satanás se transformarán en hermosos y verdes jardines de mi Corazón Inmaculado, que darán mucho amor y gloria a Dios y alegría a mi Corazón Inmaculado.
Así pues, hijitos, ¡venid juntos! Trabajad Conmigo para que verdaderamente Mis hijos puedan salvarse y verdaderamente Yo pueda transformar rápidamente el mundo en un jardín de rosas de amor al Señor.
Yo soy la Rosa Mística y he venido aquí para transformaros a todos en los más bellos jardines de santidad, gracia y amor que jamás haya visto la humanidad.
Por eso, hijitos, dadme hoy vuestro «sí», dadme vuestras manos y a través de ellas actuaré poderosamente para la salvación de la humanidad. Y entonces se cumplirán Mis Secretos, todos los Secretos que he dado a algunos de Mis hijos elegidos, sobre todo a Mi hijito Marcos, y entonces tendrá lugar el Triunfo de Mi Corazón Inmaculado según el Secreto de La Salette y los Secretos de Fátima.
Por tanto, rezad, rezad mucho para que Mi Llama de Amor se abra a todos vosotros y consuma, destruya, queme dentro de vosotros todas las flores negras de Mi enemigo y haga brotar dentro de vosotros Mis rosas celestiales de amor y crezcan hasta la plenitud.
Entonces todos sentiréis Mi presencia, Mi Gracia, Mi Amor, Mi Paz dentro de vosotros y también querréis poseer todos estos bienes. Y entonces, junto con vosotros, formaréis el más bello jardín místico de amor para la alegría de la Santísima Trinidad y el Triunfo de mi Corazón.
¡Te quiero mucho! Te amo cada día más, te elegí, te llamé aquí porque te amo mucho. Tenéis un lugar muy querido en mi Corazón, así que hijitos, devolved tanto amor de vuestra Madre celestial y tanto amor del Señor dándoles vuestro amor filial. Para que realmente todos vosotros os regocijéis en el Corazón del Padre Eterno, que está tan triste por el abandono, el desprecio y la ingratitud de tantos miles de millones de Sus hijos.
Y entonces haréis que derrame Su Misericordia Paternal y Divina sobre toda la tierra y el mundo entero será renovado por el Segundo Pentecostés Mundial, que coincidirá con el mayor Triunfo de Mi Corazón Inmaculado que está a punto de llegaros con los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.
Gracias por venir, gracias por permanecer aquí conmigo todo este día amándome y consolándome. Hoy has quitado de mi Corazón 87.000 espinas que estaban clavadas en él por ofensas, por pecados e ingratitudes de mis hijos. Y también has quitado del Corazón de mi Hijo Jesús.
Gracias, seguid viniendo aquí siempre, para que Yo continúe vuestra conversión y os transforme en Mis Rosarios de Amor.
Marcos, Mi Llama de Amor incesante, sigue adelante, luchando cada vez más para abrasar a todos Mis hijos con esta Llama de Amor y hacer que correspondan cada vez más a esta Llama de Amor que te he dado en abundancia y que el mes que viene te será aumentada por el mismo Padre Eterno.
Sí, Mi incesante Llama de Amor, sigue trabajando, luchando, fatigándote por Mí hasta que quedes exhausto. Porque todo esto, hijo mío, no será en vano; cada día aceleras el Triunfo de mi Corazón Inmaculado, aceleras mi victoria, salvas a muchas almas y, verdaderamente, paralizas mucho a mi enemigo con el brillo de tu Llama de Amor, de tu amor por Mí y de tu oración.
Verdaderamente, mientras trabajas para Mí aquí, cada día y todo el día, ya sea en Mi Radio, ya sea haciendo Mis Horas de Oración o Rosarios, ya sea haciendo Mis Películas, Satanás está tan ciego y tan paralizado que apenas puede hacer nada.
Por eso, hijo, continúa, porque Satanás no puede acercarse a ti, por la gran claridad que sale de tu boca y también por el calor que sale de tu alma llena de Mi Llama de Amor. Igual que las serpientes no pueden acercarse al calor del fuego, Satanás y los demonios no pueden acercarse a ti.
Y así como las serpientes huyen del calor del fuego, Satanás y los demonios huyen de ti y también de todos los que están cerca de ti. Los demonios no tienen poder para acercarse a los que están cerca de ti, gracias a tu Llama de Amor.
Y por eso, hijo, debes seguir siempre trabajando para Mí y transmitiendo Mi Llama de Amor. Porque tu voz, dondequiera que llegue, lleva Mi Llama de Amor y los demonios tampoco pueden acercarse a la casa y a las almas de Mis hijos, mientras te escuchan y rezan contigo, ¡su fuerza se rompe!
Así que hijo, adelante porque a través de ti destruiré el poder del infierno y levantaré cada vez más mi Reino de Amor y Paz en el mundo.
Sobre ti y sobre tu padre espiritual Carlos Tadeo, a quien tanto amas y sé que estás dispuesto a dar la vida por él. Aquel a quien tanto amas y a quien tanto amas en tu corazón desciende ahora a mi abundante bendición y también sobre todos mis amados hijos de Fátima, Montichiari y Jacareí.
En Mi amor excesivo prometo a todos Mis hijos que rezan Mi Rosario de Lágrimas de Sangre y llevan Mi Medalla de la Rosa Mística, hacen Mi Trigésima cada mes, que cada 13 de Julio de cada año sacarán del Purgatorio 13 almas de su familia, a su elección. También obtendrán la conversión de 13 personas de su elección y Yo haré todo para salvar a estas personas y llevarlas Conmigo a ser felices en el Cielo.
Además, recibirán 13 grandes bendiciones del Corazón de mi Hijo Jesús y de mi Corazón cada día 13 de cada mes».
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