sábado, 11 de junio de 2016

Mensaje de Santa Lucía

(Santa Lucía): Queridos hermanos Míos, Yo Lucía, Lucía de Siracusa vengo hoy una vez más a deciros: ¡Amad al Amor! ¡Amad a la Madre de Dios que es la Madre del Amor hermoso!

Amad al Amor con toda la fuerza de vuestro corazón. Amad no con amor caritativo ni con temor servil, sino con todo vuestro corazón buscando cada día sólo aumentar la alegría de Dios, aumentar la alegría de nuestra Reina Santísima, aumentar más y más su gloria en la tierra, aumentar más y más el Reino de Dios en la tierra.

A ello dedícate con todas tus fuerzas, con todo tu corazón y con todo tu ser, aunque ello te exija cansancio, fatiga, trabajo, sufrimiento, injusticias, incomprensiones, persecuciones y dolor como a Mí me ha costado.

Amé a Dios y a mi Santísima Reina con amor filial, los amé más que a mí mismo y por eso la Llama de Amor que tenía en mi Corazón me hizo capaz de grandes sacrificios por Dios, de grandes cosas por Dios.

Si tienes esta Llama en tu Corazón, te dará fuerzas para hacer todo por Dios, todo. Todo por Nuestra Santa Reina y nada te resultará demasiado difícil o imposible de hacer. Por tanto: Rezad, rezad y rezad cada vez más para que esta llama de amor aumente en vuestros corazones y así podréis hacerlo todo por el Señor, todo por la Madre de Dios.

Y así, verdaderamente a partir de vosotros esta llama de amor se extenderá por todo el mundo produciendo y generando nuevas almas abrasadas en el amor de Dios, abrasadas en el amor de Nuestra Reina, que harán lo mismo que vosotros. Y entonces, como en una santa competición de amor, las almas vivirán siempre y cada vez más para amar a Dios, para amar a Nuestra Santísima Reina y para implantar en el mundo el Reino del Amor.

Entonces el Reino de Satanás será destruido y aniquilado de una vez y el infierno perderá su poder en las almas, en las familias, en las naciones, en el mundo entero. Entonces llegará a vosotros un nuevo Cielo y una nueva Tierra, el Cielo del Amor, la Tierra del Amor que los Corazones de Jesús, María y José preparan cada día para vosotros con amor y cariño.

Imitadme, seguidme por el camino del Amor, ahora debéis aplicaros de verdad a crear y hacer crecer en vosotros el verdadero amor, porque el Aviso está muy cerca. Y los que aman más a Dios y a Nuestra Santísima Reina no sufrirán nada, pero sufrirán el día del Aviso. Los que Te aman poco sufrirán más, sentirán en su alma y en su corazón un terrible dolor místico y sobrenatural. Verán el poco amor que han tenido a Dios y a Su Santísima Madre. Verán lo mezquinos con Dios, con Ella, lo perezosos, lo desobedientes, lo relajados, lo fríos que eran y sufrirán mucho, mucho más en el Día del Aviso.

Y ese dolor será tanto más intenso cuanto más fríos y duros sean sus corazones. Así que cread amor, vivid el amor, haced que este amor crezca en vuestros corazones. Sobre todo, rezad mucho el incesante acto de Amor: «Jesús, María José os amo salvad almas». El acto de deseo también que la Madre de Dios os enseñó aquí, pidiendo que la llama de su amor crezca en vuestros corazones.

Para que esta Llama crezca día a día, de modo que cuando llegue el Gran Aviso, vuestros corazones estén ardiendo de amor por el Señor y por ella. Y así vuestro sufrimiento no será grande y no tendréis nada que temer.

Yo, Lucía, quiero ayudaros a crecer en este amor, a aumentar este amor. Por eso, queridos hermanos y hermanas, rezad mi Rosario con Amor al menos una vez a la semana para que pueda hacer crecer en vosotros este gran Amor y daros este Mi Amor, el Amor que Yo tenía en mi Corazón, esta Llama ardiente que en el momento de mi martirio alcanzó su cumbre, su ápice, su plena potencia.

Si quieres puedo darte este Amor ya en vida y entonces tu muerte será verdaderamente una explosión de esta Llama de Amor que se elevará al Cielo.

Y entonces encenderás el Cielo que ya está lleno de amor con tu Llama de Amor dándonos en el Paraíso con tu llegada allí un aumento de alegría accidental, de gozo. Y habrá una gran fiesta en el Cielo para otra alma ardiente de amor que llegue a la patria celestial, para amar y dar el fuego, el calor de Nuestro Amor a Dios y a Nuestra Santa Reina para darles alegría, satisfacción y contento por toda la eternidad.

Cread amor, aumentad el amor por actos de amor, de deseo, rezad el Santo Rosario, porque el Santo Rosario es el medio infalible para pedir y alcanzar ciertamente el aumento de la Llama de Amor.

A todos bendigo con Amor ahora desde Catania, Siracusa y Jacari.

Cada día os amo más, os protejo, os cubro con mi manto, orad. Paz».

(María Santísima): «Hijitos míos, mi Mensaje de hoy será muy breve: Amad, amad y aumentad el amor en vuestros corazones.

Continuad rezando siempre el Acto de Amor y Deseo. Rezad Mi Rosario con el corazón, porque los que lo rezan con el corazón aumentan la Llama de Amor, muchas, muchas veces en el corazón cada vez que lo rezan.

Y la Llama del Amor aumenta la gracia habitual en ti y también tu gloria en el Cielo.

El Rosario aumenta la Llama del Amor y la Llama del Amor aumenta la afluencia del Espíritu Santo en ti.

El Rosario aumenta la Llama de Amor en ti y la Llama de Amor inclina al Señor a mirarte con Misericordia y a darte todas las gracias necesarias para tu santificación y salvación.

Con Mi Llama de Amor podréis hacer todo lo que han hecho los santos, con Mi Llama de Amor podréis convertiros en los más grandes santos de todos los tiempos.

Rezad, desead Mi Llama de Amor con todas vuestras fuerzas y estallará poderosamente en vuestro corazón.

Ahora os bendigo a todos con mi hija Luzia. También bendigo estos Rosarios que Mi pequeño hijo Marcos ha venido hoy a presentarme y que serán entregados a Mis hijos. Todos aquellos que los utilicen con amor y confianza recibirán de Mí grandes gracias y Mi llama de Amor hará maravillas.

Bendigo también esta Mi querida Imagen de Mi Aparición en Fátima, que Mi hijito Marcos entregará a Mi amado hijo Carlos Tadeo.

Sobre ella desciende ahora la abundancia de mis gracias y también las gracias de mi Llama de Amor con mi hija Luzia».