domingo, 4 de diciembre de 2016

Domingo, 4 De Diciembre De 2016

Domingo 4 de diciembre de 2016:

Jesús dijo «Pueblo mío, el tiempo de Adviento es un tiempo de preparación para la Navidad, pero también es un tiempo para preparar tu alma confesando tus pecados y cambiando tu corazón hacia un mayor amor por Mí y por tu prójimo. Los fariseos también se burlaban de Mí, porque amenazaba su autoridad sobre el pueblo. Vine a redimir al pueblo con Mi sacrificio en la cruz, pero los fariseos eran hipócritas, porque no seguían lo que predicaban. Sólo les interesaba el dinero, la fama y el poder. Yo también vine como Dios-hombre para daros un ejemplo a seguir, pues estaba libre de pecado. Incluso cuando caigas en el pecado, tu alma puede ser restaurada confesando tus pecados al sacerdote, y a Mí en el sacerdote. Buscad Mi perdón y evitad repetir vuestros pecados que Me ofenden. Os amo a todos y quiero mirar vuestras almas puras, en lugar de todas las almas negras en pecado mortal».

Jesús dijo: «Pueblo mío, estáis viendo a San Juan bautizándome en el río Jordán, y habéis estado en este mismo lugar en Israel. Esta escena tuvo lugar en un lugar desolado del desierto, y es un gran lugar para considerar el arrepentimiento de los propios pecados. San Juan fue el último de los profetas del Antiguo Testamento, y fue Mi heraldo en el desierto preparando el camino para Mi misión. San Juan bautizaba con agua, pero Yo vine a bautizar con el Espíritu Santo. Vuestros Bautismos ahora, son posibles porque Mi sacrificio ha redimido vuestras almas con el precio de Mi Sangre. Vuestro Bautismo os introduce en la fe. Es triste que algunos padres se nieguen a bautizar a sus hijos. En estos casos podría haber un Bautismo de deseo. En la Vigilia Pascual y en los servicios bautismales, estás negando al demonio y todas sus tentaciones. Este sacramento es un servicio de liberación para reclamar tu alma para Mí. En una palabra, hoy se trata de arrepentirte y de lamentar tus pecados. Mantente cerca de Mí en tus oraciones, para que el demonio no pueda robarte el alma».