martes, 11 de octubre de 2016

Martes, 11 De Octubre De 2016

Martes, 11 de octubre de 2016: (San Juan Xxiii)

Jesús dijo «Pueblo mío, esta visión de un barco que se lanza al mar, representa cómo estáis cada uno de vosotros en el mar de la vida. Cuando estáis en el mar, estáis a merced de las olas agitadas por las tempestades. Así son los altibajos de la vida cuando sufrís pruebas, como en las tormentas. A veces buscas el puerto de Mi gracia para que te proteja de las tormentas de la vida. También buscas Mi dirección para saber por dónde seguirme. Si escuchas Mis palabras, te daré dirección para seguir Mis caminos en la vida. En el Evangelio, los fariseos seguían todas sus tradiciones por fuera, pero Yo miraba sus corazones por dentro. Sus intenciones no eran adorarme a Mí, sino lo que podían ganar para sí mismos. Les decía que es más importante amarme a Mí y amar al prójimo. Puedes mostrar tu amor por Mí compartiendo limosnas para el sostenimiento de Mi Iglesia, y donaciones a tu prójimo. Este compartir con limosnas es un signo externo de cómo podéis agradecerme todos los dones que os doy cada día. Si todas las personas se amaran como Yo deseo, no tendríais guerras, desacuerdos ni rencores de odio o falta de perdón. Cuando Me adoráis y Me rezáis diariamente en vuestras oraciones, estáis uniendo vuestro corazón al Mío en todo lo que hacéis».

Jesús dijo «Pueblo mío, el huracán Matthew será recordado durante mucho tiempo por todos los daños y las vidas que se perdieron. La destrucción de edificios, lugares de trabajo y los daños causados por las inundaciones han pasado factura a la gente, que ha perdido sus casas, sus trabajos, así como algunos que perdieron la vida. Soy misericordioso al conceder el perdón a los pecadores arrepentidos. Pero América está clamando Mi justicia por vuestros numerosos abortos, matrimonios homosexuales e incluso asesinatos de ancianos con la eutanasia. Lo más ofensivo es que tenéis leyes, o decisiones del Tribunal Supremo que están legalizando estos males en vuestra sociedad. Cada año los males de tu sociedad empeoran, en lugar de mejorar, así que permito estos desastres como castigo por los pecados de tu nación. Si tu pueblo no se arrepiente y cambia sus costumbres, entonces verás una toma de poder de tu país, y perderás tus libertades. Reza por un renacimiento espiritual de América, o caerás de rodillas como el Imperio Romano se derrumbó por su decadencia.»