Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 25 de septiembre de 2016

Mensaje de María Santísima

 

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito de nuevo a meditar más en Mi Mensaje de La Salette.

Éste es el momento apropiado para meditar sobre Mi Mensaje y Mi Secreto de La Salette. Para que comprendáis un poco más cuán profundo es Mi Dolor al ver que, incluso después de 170 años de Mi Aparición, Mis Lágrimas siguen descendiendo continuamente de Mis ojos.

Porque Mis hijos permanecen con el corazón completamente endurecido en el pecado, en el mal y raramente encuentro un alma capaz de renunciar al pecado para vivir en gracia de Dios.

Y si ya es raro renunciar al pecado y vivir en gracia de Dios, ya es raro encontrar almas así. Mucho más raras son las almas capaces de dejarlo todo, incluso sus sueños, sus intereses, sus planes personales.

Entregaros totalmente a Mí como Mis esclavos de amor, vivir sólo para Mí, sólo para Mí, existiendo, pensando, trabajando, sufriendo, hablando, caminando, actuando sólo para Mí, sólo para Mí. Y llegar a ser cada vez más conocidos y amados por todos Mis hijos de todo el mundo.

Oh, ¡qué raras son estas almas! Yo mismo le dije a Melanie que Mis Apóstoles de los Últimos Tiempos serían pobres según el mundo, pero muy ricos en la gracia y el amor de Dios. Pues bien, son tan malos los tiempos en que vivís que no encuentro a estos pobres apóstoles de las cosas mundanas. Que no tienen amor, que no tienen afecto por las cosas mundanas, por los honores, por el dinero, por las cosas materiales, por los placeres, por las criaturas a las que amar y pensar sólo y únicamente en Mí.

No encuentro a estas pobres almas de sí mismas, de sus voluntades, de sus deseos, de sus apegos mundanos. Que se llenen sólo de Mi Llama de Amor, sólo de verdadero amor por el Señor y por Mí.

Por eso en Mi Corazón sigue clavada una espada de profundo dolor y con la excepción de unas pocas almas raras como el oro y entre ellas está Mi pequeño hijo Marcos. En casi nadie encuentro un amor capaz de renunciar a todo, de desprenderse de todo para vivir tan solo y puramente para Mí.

Por eso debéis dar a conocer urgentemente Mi mensaje y Mi Secreto de La Salette para que Mis hijos viendo y comprendiendo este Mi dolor puedan sentir la necesidad de amarme, de entregar su vida sólo a Mí, de entregarse totalmente a Mi servicio, no buscando ni queriendo amar nada más fuera de Mí.

Y tantas almas generosas de todas las partes del mundo se levantan para darme sus vidas, para vivir sólo Conmigo, por Mí y en Mí para gloria de Dios.

Mis Lágrimas siguen descendiendo de Mis ojos maternales porque llamo a la puerta de muchos corazones pidiéndoles que Me entreguen sus corazones, sus vidas, que renuncien a sí mismos, a su voluntad, a sus planes para ser sólo Míos. Que vivan Conmigo y hagan de Mí su vida, que hagan de Mi plan su plan.

Pero todo lo que encuentro es egoísmo, dureza de corazón y frialdad. Almas que no son capaces de renunciar a su opinión, a su voluntad, a sus planes para hacer Mi Voluntad tan sola y exclusivamente.

¡Cuánto egoísmo, cuánto amor encuentro sobre la faz de la tierra! Ya no hay almas capaces de olvidarse de sí mismas, de su voluntad, de su querer, de sus planes para hacer de Mí su vida.

La mayoría de las personas ya en la flor de su juventud Me abandonan, abandonan al Señor para vivir su vida, para hacer su vida como quieren. Y como son pocas las almas llenas de amor capaces de hacer de Mí su vida.

Por eso no hay más almas santas. Por eso no hay más almas víctimas del amor capaces de ser las que detengan los rayos de la Justicia Divina, que el mundo provoca cada día más con innumerables pecados.

Y por eso los castigos, especialmente los terremotos, han aumentado tanto en las últimas décadas y seguirán aumentando, porque no hay más almas generosas, no hay más almas ardientes de amor capaces de sacrificar su propia vida a Mí, a Dios viviendo Conmigo una vida sólo de oración, sólo de sacrificio, sólo de servicio, sólo de trabajo por la salvación de las almas, sólo de inmolación por la salvación de las almas.

Por eso también han aumentado tanto entre vosotros las enfermedades graves e incurables, las sequías, las pestes, las epidemias, las inundaciones, los tsunamis, los numerosos castigos de la naturaleza, la falta de paz y armonía en las familias, la violencia.

Porque no hay más almas generosas que detengan estos males con el incienso de su oración, con el perfume de sus vidas completamente consagradas a Dios y a Mí, con la mirra de sus sacrificios diarios ofrecidos conmigo y a través de Mí al Eterno para aplacar Su Justicia, ofendida e inflamada por los pecados del mundo.

No hay más almas de amor puro ardiendo con Mi llama de amor capaces de decir no a su voluntad y a sus planes para vivir Mi voluntad. Y junto a Mí vive el coro de las almas abogadas, de las almas intercesoras, de las almas víctimas. Que con vuestras oraciones y con el sacrificio diario de vuestra voluntad, de vuestra vida inmolada al Padre junto Conmigo aplacéis y detengáis los rayos de la Ira de Dios.

Por eso sigo derramando copiosas lágrimas no ya en La Salette, sino en tantas partes del mundo. Y muchas veces en Mis imágenes lágrimas incluso de sangre, para mostrar a Mis hijos cuán grande es Mi dolor, porque tengo que contener sola los rayos de la Ira Divina.

Porque no hay almas más generosas y amorosas capaces de ofrecer sus vidas junto Conmigo, para ayudarme a aplacar la Ira del Eterno ofendido y traicionado por Sus propios hijos.

Sí, qué grande es el dolor del Corazón del Padre Celestial traicionado cada día por Sus hijos. Le traicionan hora tras hora con sus pecados, con su ingratitud, con sus blasfemias, con su vida mundana llena de pecado.

Le traicionan, traicionan Su Amor que les creó, que les mantiene vivos, que les dio tantas gracias, tantas bendiciones, que les dio el mundo para vivir.

Y utilizan todo esto, los dones, las gracias, el mundo en el que viven, su propio cuerpo, su propia inteligencia y voluntad sólo para traicionar el amor del Padre, sólo para ofenderle, sólo para herirle.

Qué grande es el dolor del Corazón de este Padre que no es amado y es traicionado a cada momento por Sus hijos, minuto a minuto Le traicionan. Y estas traiciones suben a Su Corazón como espadas afiladas que Le traspasan y Le hacen sufrir.

Hijos míos, ya es el momento de que verdaderamente los Apóstoles de los Últimos Tiempos, las almas generosas, abrasadas por Mi Llama de Amor, se levanten de todas las partes del mundo y formen Conmigo el coro de almas generosas, de rosas místicas de amor, que tanto pedí en Montichiari, que tanto pedí aquí e incluso en La Salette. Porque las rosas que coronaban Mi cabeza rodeaban Mi Corazón y Mis pies eran la corte de las almas místicas rosas de amor que tanto quise, que tanto busqué, que tanto pedí.

Aquí, con mi hijito Marcos, mi rosa mística de amor incesante, mi llama incesante de amor, quiero almas totalmente imbuidas y totalmente inmersas en este espíritu, en este espíritu de amor, de sacrificio, de entrega de la vida.

Para aliviar el amor traicionado del Padre del Cielo, para aplacar Su Justicia inflamada contra tantos pecados y traiciones de Sus propios hijos.

Y unir Conmigo a estas almas una vez más para que se regocijen en el Corazón de Dios, haciéndole sentir mejor, por ver que al menos Aquí, en este lugar bendito de Mis Apariciones en Jacareí, Él tiene verdaderamente un hermoso jardín de rosas místicas de amor verdadero.

Que junto con Mi hijito Marcos, la mayor rosa mística de amor que tengo en la tierra. Cultivó estas rosas, este jardín, personalmente cultivado por Mí para darle cada día el suave perfume del verdadero amor, de la verdadera obediencia, de la verdadera generosidad, de la verdadera vida de sacrificio.

Por eso aquí, en Mi Orden Religiosa, sólo quiero: almas completamente imbuidas de este espíritu y totalmente muertas a sí mismas, al mundo y a todo lo que se relaciona con el mundo.

Para que así, siendo verdaderamente sólo y exclusivamente Mío, Mi Corazón pueda dar a Dios cada día la alegría de ver que Aquí cultivo un verdadero jardín de rosas místicas de amor, de oración, de sacrificio. ¡Y olvido, martirio personal de uno mismo, voluntario, espontáneo cada día, para dar a Dios verdaderamente, el suave y fragante perfume del Amor!

E incluso a mis hijos laicos, les exijo este espíritu de amor, de renuncia a las cosas mundanas, de desprendimiento de todo lo que es del mundo y aleja de Dios. Quiero de ellos un espíritu de verdadero amor por mi Rosario, por las oraciones que os he dado y pedido aquí.

Y también, un verdadero espíritu de sacrificio personal, lo que significa: aceptar las cruces de la propia familia y del trabajo diario.

Haciendo esto pueden ser, aunque no sean de mi jardín especial, preferidas y seleccionadas de las rosas místicas de amor de mi Orden Religiosa.

Pueden seguir estando en el mundo, en medio de la ciénaga del mundo: pequeñas margaritas de amor. Que con su sencillez, su pureza, su perfume y su belleza atraigan también los ojos del Altísimo.

Y así, haga descender sobre esta humanidad completamente erosionada por el espíritu del mal y del pecado, rayos de gracia, lluvia de misericordia y salvación para tantas almas que tanto necesitan.

Aquí deseo de verdad que Mi Jardín de rosas místicas de amor sea el más bello de toda la historia de la humanidad. Para que el Eterno pueda mirar de verdad Mi Jardín y por Mis siervos, Sus siervos fieles. Aquí podrá derramar Su gran Misericordia sobre tantas almas que corren el grave riesgo de la condenación eterna.

Y que sin tu ayuda, sin tu vida entregada por su salvación, sacrificada por su bien eterno, nunca podrán salvarse.

Por eso, deseo verdaderamente llevarte a la más alta santidad. Tendría muchos Mensajes mayores que daros, pero vuestra lentitud en vivir los Mensajes que ya os he dado me impide darlos.

Ahora debemos avanzar, dar un paso adelante, crecer, dejar atrás el amor infantil, la fe infantil, la comprensión infantil de las cosas de Dios y de Mis Palabras. Y crecer en la comprensión del amor verdadero, en la comprensión de Mis Palabras, de lo que significa la santidad, de lo que significa el sacrificio de la propia vida, la inmolación de la propia vida, para que muchas otras vidas puedan salvarse y revivir.

Es necesario avanzar en la comprensión de lo que es el amor perfecto que Yo quiero. Para que os convirtáis realmente en esas rosas místicas de amor perfecto y supremo que vine a buscar, a cultivar para dar a mi Señor.

Deseo que podáis dar a conocer a todos cuanto antes Mi Mensaje de La Salette a través de las Películas que Mi pequeño hijo Marcos ha hecho de esta Aparición.

Porque sólo cuando Mis hijos comprendan Mi gran Dolor. Y como Mi Corazón aún no ha sido igualado en el amor que espera a Sus hijos. Sólo así las almas sentirán la necesidad de amarme y consolarme, de repararme y enmendarme. Y de convertirse en los Apóstoles de los Últimos Tiempos que tanto quiero y que tanto deseo.

Si hacéis esto, hijos Míos, entonces Mi Corazón hará que las tinieblas se aparten rápidamente de la humanidad, con lo que la nube venenosa de la apostasía, de la pérdida de la fe, del comunismo, del ateísmo, de las herejías, se apartará del mundo.

Y entonces, verdaderamente Brasil y el resto del mundo se convertirán en Mi jardín mundial de rosas místicas de amor. Entonces será el Triunfo de mi Corazón Inmaculado.

Entonces mi hijo Jesús reinará a través de mí para siempre y por fin gozaréis de un tiempo nuevo, duradero y perpetuo de felicidad y de paz.

Continuad rezando cada día Mi Rosario, pues a través de él os conduciré cada vez más a convertiros en Mis rosas místicas de amor.

A todos bendigo ahora con amor La Salette, Lourdes y Jacareí».

(Santa Hilda): «Queridos hermanos míos, yo, Hilda, me alegro de nuevo de venir a vosotros junto con Nuestra Santísima Reina.

Mis amados hermanos, sed pequeñas margaritas místicas: de sencillez, de candor, de modestia y de amor entregando vuestras vidas completamente a ella. Para que a través de ella realice verdaderamente en vuestras vidas su Plan Madre de Amor.

Sed margaritas místicas de amor, viviendo cada día en la sencillez, desprendiéndoos de todo lo superfluo, buscando vivir sólo con lo esencial, dando a Dios y a la Madre de Dios mucho más que vuestras cosas, dándoles vuestra vida, vuestro corazón.

Porque no son vuestras cosas lo que Dios quiere, sino a vosotros mismos. Dadle vuestro corazón y lo habréis dado todo y no tendréis nada más que dar al Señor y a Su Madre.

Si hacéis esto, seréis verdaderamente margaritas, místicas del amor. Que no quieren nada para sí mismas, ni gloria, ni comodidad, ni placer, ni mayordomía. Y que sólo quieren encantar, regocijar y regalar el afecto, la belleza, el encanto de su candor a quien lo contempla, a quien lo cultiva.

Sed las margaritas místicas del amor, viviendo continuamente en este espíritu de modestia, de entrega total a Dios y a la Madre de Dios.

Si vivís así, le daréis verdaderamente un gran poder místico: de oración, sacrificio y penitencia cada día. Para que Ella pueda detener los rayos de la Justicia Divina que arden contra tantos crímenes y pecados que se cometen cada día. Minuto a minuto, un alma más traiciona el amor de Dios Padre. Y Tu Corazón ya no puede soportar tantas traiciones, tantas ingratitudes de Tus propios hijos.

Por eso se necesitan tantas margaritas místicas de amor. Que con su candor, con su vida llena de amor, de sacrificio, de entrega, de desprendimiento de sí mismas y de renuncia a su «yo» y a su voluntad. Que entreguen al Padre Eterno el encanto y el perfume de su pureza, de su santidad, de su vida totalmente inmolada al Padre, para darle alegría y rogar por la conversión de tantas almas que tanto necesitan.

Cuando un alma entrega su vida totalmente a Dios y a la Madre de Dios para la vida consagrada y religiosa. Sólo porque su vida ya existe, se convierte en una oración continua e incesante, en un sacrificio continuo que unido al sacrificio del Cordero Inmolado y también del Corredor de la humanidad aplaca la Ira Divina, clama Misericordia del Padre y perdón por los pecados de las personas.

Elimina muchos castigos que el mundo merecía por su ingratitud y traición al amor de Dios. Atrae muchas grandes gracias, bendiciones para la humanidad, para las cosechas, para los hogares, para la humanidad en general. Y, sobre todo, la gracia de la Paz.

Por eso ha aumentado tanto la violencia en este mundo en los últimos años. Porque ha disminuido considerablemente el número de almas verdaderamente consagradas a Dios que viven santamente su vocación.

Hay quienes, con el sacrificio de sus vidas entregadas a Dios, para impedir el avance del mal y de Satanás, el castigo de la humanidad ha sido el aumento de la violencia, de las guerras en todos los bandos.

Y las familias que antes produjeron los santos, las almas santas consagradas para impedir el mal entregando sus vidas a Dios. Ahora tienen su justo Castigo. Por haber quitado el Rosario, la Oración, la enseñanza religiosa a las familias que produjeron tantos santos, las familias cosechan ahora su propio veneno y el Castigo de su apostasía.

Sólo producen hijos malos, violentos, egoístas, fríos, duros de corazón e insensibles a los sufrimientos de sus padres. Y a menudo incluso los maltratan, ignoran, desprecian y abandonan.

Y estos hijos hacen sufrir a otras familias, extendiendo y propagando la violencia, el mal y los crímenes por todas partes. Éste es el salario de la separación de Dios, de Su Madre y de la oración.

Si las familias vuelven a producir los santos como antaño, las almas consagradas a Dios, buenas como antaño. Entonces Dios enviará rápidamente al Ángel de la Paz para dar la paz al mundo.

Que las Madres sean como yo, que educan a sus hijos no para el mundo, sino para el Señor. No para los placeres de la tierra, sino para las alegrías y las cosas del cielo. No para las mujeres de la tierra, sino para la mujer más bella del cielo, la Virgen María.

Sí, que las madres sean como yo fui y hagan como yo hice, y de sus familias volverán a salir los hijos santos como antaño. Irán con sus vidas llenas de oración y santidad a detener muchos males, muchos castigos. Harán retroceder la violencia y harán que la Paz verdaderamente dada por el Altísimo a la tierra vuelva a ser feliz, al ver que hay niños en la tierra que verdaderamente le aman más que a nada y por encima de todo.

Que los padres sean como yo y eduquen a sus hijas no para los placeres mundanos o sólo para los amores de la tierra. Sino para el verdadero y hermoso amor del Cielo que es Nuestro Señor Jesucristo, Nuestro Amor, Nuestra Vida y Nuestro Todo.

Y entonces, producirán verdaderamente a los Santos como antes, con sus vidas llenas de amor, oración y sacrificio atraerán los ojos de Jesús a la humanidad. Y gracias a Ella, Sus siervos derramarán un océano, un diluvio de misericordia sobre toda la tierra.

Yo, Hilda, os pido a todos que sigáis rezando el Rosario de la Madre de Dios, porque con Él vuestras familias se convertirán verdaderamente en jardines. En jardines de rosas místicas de amor y en verdaderos viñedos que producirán muchos frutos santos: de amor, de belleza, de fidelidad, de obediencia que encantarán los ojos del Señor.

¡Santos! ¡Producid nuevos Santos de vuestras familias y el mundo volverá a tener Paz!

Amad más a Dios y más a la Madre de Dios creciendo en este amor verdadero, que Ella tanto desea de vosotros y dando finalmente a la Madre de Dios vuestro corazón, vuestro «sí» y vuestro amor filial. No busques ningún interés en Dios o en la Madre de Dios.

Sirve por amor, reza por amor, vive por amor, dedícate a ellos por amor, sufre por amor, llora por amor por ellos, espera en ellos por amor, muere por amor.

Que tu vida sea así, y entonces habrás dado verdaderamente todo a Dios.

A todos bendigo ahora con amor a la Madre de Dios de Lourdes, Fátima y Jacareí».

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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