Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 3 de julio de 2016
Mensaje de María Santísima

(Nuevas promesas - La remisión de los pecados para los que llevan la Medalla de la Paz)
(María Santísima): «Queridos hijos, hoy recordáis aquí, junto con mi amado hijo Marcos Tadeu, mi primera Aparición en Ezquioga, en España.
Fue una gran Aparición, una gran llamada del Cielo a la Conversión. Fue una gran señal de Mi inmenso amor que di al mundo, fue una dolorosa y urgente advertencia de la Madre Dolorosa a todos Sus hijos.
Mi Aparición en Ezkioga fue un signo de Mi inmenso Amor por todos Mis Hijos, pues vine del Cielo para salvar a todos Mis hijos y llamarlos a la Paz, a la Oración, a la Conversión dándoles el medio seguro de salvación, que es Mi Rosario, la Oración que todo lo alcanza todo lo puede cambiar y todo lo puede vencer.
Rezando el Rosario Mis hijos obtendrán todas las gracias de Dios, vencerán todos los males del mundo, todos los males que amenazan la salvación de sus almas y llegarán sanos y salvos al Cielo, donde Yo les espero con amoroso anhelo de Madre.
Mi Aparición en Ezkioga fue una gran Advertencia Dolorosa que di al mundo. Vine a advertir a Mis hijos de los males que les amenazaban no sólo entonces, sino también hoy, en vuestro tiempo. La apostasía, la pérdida de la verdadera fe, el odio a Dios y a la Santa Fe Católica que se extendían por todo el mundo, y la única forma de detener y revertir todo este mal son los Cenáculos de oración hechos Conmigo.
Sí, sólo a través de estos Cenáculos, de estos Mis benditos grupos de oración invertiré la propagación del mal, de la apostasía, del odio a Dios y a la Santa Fe Católica por todo el mundo. Y podré hacer renacer la Santa Fe Católica en el corazón donde la fe murió y podré dar esa fe a Mis pobres hijos que nunca la conocieron. Y por eso vagan perdidos por el mundo sin saber ni por qué nacieron, ni por qué están aquí, ni adónde irán después de su muerte.
Mi Aparición en Ezkioga fue verdaderamente la gran manifestación de Mi Amor Materno, que vino a cuidar de Mis hijos, que vino a cuidar de todos Mis hijos amados para protegerlos.
Vine a Ezquioga para guardar a Mis hijos bajo Mi Manto, como hacen los pájaros con sus pequeños, para protegerlos verdaderamente de todo mal, para defenderlos de todos los peligros, para darles el calor de Mi Corazón de Madre para que nunca se sientan solos, desamparados o abandonados en esta vida.
Mi Aparición en Ezquioga como Mi Aparición Aquí está la gran prueba de cuánto amo a todos Mis hijos y cuánto quiero salvar a todos Mis hijos.
Si en Ezquioga, donde aparecí sólo unos pocos años, he mostrado tanto Mi Amor, piensa en Mis hijos como es grande Mi Amor por vosotros Aquí en Jacari, donde estoy desde hace más de 25 años, luchando por vuestra salvación, llamándoos, buscándoos sin cesar y buscando todos los caminos y todas las gracias para salvaros.
Os amo tanto, ¡pero vuestros corazones son tan duros! Abridme vuestros corazones, dadme vuestro sí y dejad que mi llama de amor entre en vuestros corazones y los transforme completamente en hornos de verdadero amor a Dios y a mí.
Rezad todas las oraciones que os he pedido Aquí, un día me alabaréis y me daréis las gracias por estas Horas Santas de Oración que os he dado, por estos Rosarios Meditados que a través de Mi hijito Marcos os he dado y os doy.
Hijitos, os quiero mucho, ¡quiero llevaros a una alta santidad! Así que renunciad a todo mal, dadme vuestro «sí» y vuestro corazón y procurad cultivar cada día una verdadera vida de oración y una profunda intimidad Conmigo a través de la oración con el corazón.
Os pido, hijos Míos: Volved a leer el Mensaje que os di el Segundo Domingo del mes de mayo, reflexionad sobre él y tratad de extraer verdaderamente para vosotros las lecciones de conversión y santificación que Mi Corazón Inmaculado os dio aquí. Reflexionad, pensad, cuán grande es mi amor por vosotros y cuánto, hijos míos, de todo el universo soy la Madre que más os ama y más quiere beneficiaros.
Gracias por venir y por pasar todo este día en oración con Mi hijo Marcos. Verdaderamente Satanás estuvo paralizado durante todas estas horas y no pudo hacer daño a las almas y al mundo, muchas almas salieron del purgatorio para la felicidad eterna en el Cielo, el infierno estuvo cerrado y nadie fue allí en las horas que estuvisteis rezando Aquí.
Todos los días a las 8:00 de la noche como he dicho las puertas del infierno se cierran y nadie se condena a esa hora.
Yo prometo a todos que lleven Mi Santa Medalla de la Paz con amor, que cada sábado tendrán la remisión completa de sus pecados de esa semana. Y el día 7 de cada mes tendrán la remisión completa de todos los pecados de toda su vida.
A todos bendigo ahora con amor Ezquioga, La Codosera y Jacareí».
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