domingo, 15 de mayo de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Mis queridos hijos, hoy, cuando estáis celebrando aquí el Aniversario de mis Apariciones en Bonate vengo de nuevo a pediros: Convertíos, convertíos como os pedí en Bonate. Cambiad de vida y renunciad a vuestros pecados.

Vivid en el amor de Dios haciendo todo lo posible por cumplir la Santa Voluntad de Dios, por complacerle cada día de vuestra vida.

El corazón del Mensaje de Bonate es uno: Amad a Dios. Amad a Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma, con todo vuestro ser, adoradle y no pequéis más, para no herir el corazón del Señor, para no desagradarle y no molestarle más.

Haz esto y estarás viviendo completamente Mi Mensaje de Bonate. Renunciad a todo pecado porque como dije en Bonate el pecado es la causa de todos los castigos, guerras, desgracias e incluso de las enfermedades que muchos de vosotros tenéis, que vuestros hijos tienen.

Convertíos, no pequéis más y todas las cosas malas, todos los males del mundo cesarán poco a poco y la tierra será bendecida con la Paz divina y los hombres vivirán felices para siempre.

Lo que vine a pedir a Bonate, lo que vine a buscar a Bonate fue amor, verdadero amor. Vine a buscar hijos que realmente amen al Señor con todo su corazón, que Me amen con todo su corazón y también con todas sus fuerzas. Vivir en nuestra amistad, en nuestra gracia rezando el Santo Rosario todos los días, haciendo penitencia, viviendo en el amor de Dios y obedeciendo Sus mandamientos con amor.

Era amor puro, desinteresado, fiel, leal, constante, sin reservas, sin límites lo que vine a buscar. Desgraciadamente en muchos corazones Mi llamada cayó en un desierto, Mi voz cayó en un inmenso desierto y no fui respondido.

Aquí deseo que vuestros corazones correspondan a este Mi amor y a esta Mi Gracia. Por eso Mis hijos crean en sus corazones un verdadero amor a Dios y a Mí, renunciando a su voluntad y haciendo la del Señor, haciendo lo que Yo les digo en Mis Mensajes.

Rezad cada día mi Rosario, porque a través de él nacerá en vuestros corazones la llama del verdadero amor a Dios y a Mí.

Rezad también incesantemente el Acto de Amor: ¡Jesús, María, José os amo salvad a las almas!

Rezad el Acto de Entrega: Jesús, María, José ¡Os doy todo mi corazón ahora y siempre!

Reza también el Acto de Renuncia incesante: Jesús, María, José ¡Por amor a vosotros renuncio a todo pecado!

Si hacéis esto crecerá verdaderamente en vuestros corazones la Llama de Amor por Mí. Para que cada día estéis más en el horno de mi Corazón Inmaculado, ardiendo y asemejándoos a Mí, configurados a mi propia santidad y amor maternal. Para que pueda ofrecerte como trofeo de mi gran perfección y belleza para el Señor, una gran obra de belleza espiritual para el Señor. Y así, Dios pueda complacerse y satisfacerse en cada uno de vosotros viéndose perfectamente amado y adorado por Sus hijos a los que creó a Su imagen y semejanza.

Hijos míos, vivid los Mensajes de Bonate en vuestras familias rezando el Santo Rosario todos los días con Amor y convirtiendo a vuestras familias en verdaderos grupos de oración, donde se rece el Rosario Satanás no podrá entrar para hacer su daño o destruir vuestras familias.

Marcos, Mi Incesante Acto de Amor, Mi Incesante Llama de Amor, a través de ti Mi Aparición y Mensaje de Bonate ha sido conocido por tantos miles y miles de Mis hijos.

Mi Corazón se alegra en ti, se regocija en ti y se siente realmente feliz porque tu esfuerzo ha traído hasta Mí a muchos, muchos hijos Míos que no Me conocían y que ahora viven cada día Mi Mensaje de Bonate esforzándose por responder a mi amor y ser santos.

Por todo esto hijo Mío, que sepas que lo que te he dicho sigue en pie: Por cada alma que se haya convertido viendo esta película de Mis Apariciones en Bonate que has hecho para Mí, habrá otras tantas coronas de gloria que pondré en tu cabeza en el Cielo.

Por tanto, debes sentirte feliz, regocijarte porque has dado gran gloria, has aumentado mucho Mi Gloria en la tierra, has dado gran alegría a Mi Corazón y has traído a Mí a muchos hijos Míos.

Así pues, ahora sé bendecido por Mí y por el Señor, porque verdaderamente eres Mi siervo, Mi hijo amado y obediente en quien siempre puedo confiar, con quien siempre puedo contar y en quien siempre encuentro Mis delicias y Mi complacencia, doy toda Mi complacencia.

A todos bendigo con amor Bonate, Fátima y Jacari».

(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy vengo de nuevo para invitaros a todos a que Me abráis vuestros corazones y dejéis que Mi Llama de Amor entre en vuestros corazones.

Mi Llama de Amor sólo crecerá en vuestros corazones cuando los expandáis con más oraciones, meditaciones, sacrificios y renuncias. La renuncia diaria a vuestras voluntades y a vuestros deseos personales para entregaros completamente a Mí, convirtiéndoos así en los Apóstoles de los Últimos Tiempos que vine a buscar a La Salette y también aquí.

Estos Apóstoles deben estar bien matados por el mundo, no deben tener apego a la familia, ni a los amigos según el mundo, ni a nada en esta tierra. Deben ser muy desinteresados, muy olvidados de sí mismos. Deben olvidarse también de su bienestar, de su comodidad y, a menudo, incluso de su descanso, para entregarse cada vez más a Mí y a la salvación de las almas.

Estos Apóstoles deben ser llamas ardientes, llamas incesantes de amor que deben arder de amor por Dios y por Mí incansablemente cada día, como lo es Mi pequeño hijo Marcos.

Si son así, verdaderamente mi Corazón Inmaculado triunfará, triunfará rápidamente en todo el mundo. Porque lo que ha impedido que triunfe Mi Corazón Inmaculado no son sólo las maniobras de Satanás y de los malvados. Sino también la falta, la inexistencia de Apóstoles de los Últimos Tiempos, verdaderos Apóstoles que no he encontrado en casi ninguna parte. Porque todos están tan llenos de sí mismos, tan egoístas, tan apegados a su propia voluntad, a sus propios deseos y necesidades, impidiendo que Mi llama de Amor actúe realmente en la Tierra y realice grandes obras de salvación entre los hombres.

Si encuentro aquí a los Apóstoles de los Últimos Tiempos, semejantes a Mi Domingo de Gusmão, semejantes a Mi Afonso de Ligório, semejantes a Mi Luiz de Montfort, a Mi Maximiano Kolbe, a Mi hijito Marcos. Verdaderamente, Mi Corazón Inmaculado realizará tales maravillas y prodigios, que nunca han sido los mismos desde que el Verbo se hizo carne.

Mi Llama de Amor estallará poderosamente y disipará las tinieblas del pecado y de Satanás de la faz de la tierra y hará que amanezca sobre el mundo entero el nuevo día de gracia, santidad, salvación y paz.

El «sí» de cada uno de vosotros es lo que quiero, es lo que estoy esperando. No tardéis en dar la respuesta porque el tiempo se acaba y los tres días de oscuridad están muy cerca de vosotros.

Continuad rezando Mi Rosario cada día, porque sólo a través de él y de las oraciones que os he dado Aquí, vuestros corazones pueden morir perfectamente por vosotros mismos, por el mundo, por todas las cosas terrenales. Y sólo entonces tendréis Mi Llama de Amor y os convertiréis en los Apóstoles de los Últimos Tiempos que vine a buscar aquí.

Os bendigo a todos con Amor desde La Salette, Lourdes y Jacareí.

(Santa Lucía): «Queridos hermanos y hermanas, Yo Lucía, vengo hoy una vez más a deciros: Rezad, rezad y rezad hasta que la Llama de Amor de la Madre de Dios se encienda en vuestros corazones, abra vuestros corazones y os transforme en los Apóstoles de los Últimos Tiempos que Ella vino a buscar.

Sólo con Su Llama de Amor podréis morir por vosotros mismos, por el mundo y vivir desprendidos de la familia, de los amigos y de todo lo terrenal. Para que podáis ser esos instrumentos disponibles, cien por cien libres y disponibles que la Madre de Dios vino a buscar Aquí.

Especialmente los jóvenes están llamados a esta vida maravillosa de libertad perfecta, la libertad feliz de la Madre de Dios. Se desprenden y renuncian a todo, al mundo, a los amigos según el mundo e incluso a la familia para ser única y exclusivamente suyos y trabajar para ella en esta noble causa, tan urgente y la más importante de todas que es salvar a la humanidad.

Sois la última esperanza de la Madre de Dios, si no dais el 'sí' el mundo estará perdido, su última esperanza será defraudada. No lo hagas, responde «sí» a este inmenso amor maternal que te ha elegido para la misión más grande de todas, ayúdala a salvar a esta pobre humanidad que ha caído al fondo del abismo y del pecado, de la inmoralidad, del odio, de la violencia y de la guerra. Para conducirla por el camino de la conversión, de la oración, del amor y de la paz hacia nuestro Dios, salvación y amor.

A través de ti la Llama de Su Amor estallará poderosamente y convertirá a miles y miles de almas mostrándoles el camino correcto a seguir que conduce al Cielo, a la salvación y a la paz.

Da tu «sí» a la Madre de Dios para que verdaderamente Su Plan de Amor que ya ha sido tan dañado, tan retrasado, tan prolongado a causa de tu negativa a darle amor, tu vida, tu «sí», libertad y tu voluntad.

Para que este Plan no se retrase más y toda esta gran tribulación termine por fin y llegue el Triunfo de Su Corazón Inmaculado. Hasta que no le deis el «sí», no podrá salvarse ni un rosario de la humanidad, ni podrá venir el Triunfo del Corazón Inmaculado de María.

Por tanto, de vosotros depende que os liberéis de esta gran tribulación y de todos los males que ahora dominan el mundo.

Rezad, rezad y rezad para que de vuestro corazón nazca el verdadero amor a la Madre de Dios. Y que vuestro amor no sea ya esa falsa devoción y ese falso amor. Que os hace incluso rezar algunos Rosarios y Rosarios, pero vuestro corazón está lejos de la Madre de Dios y no tiene el valor de dejarlo todo por Ella, para que le deis verdaderamente vuestro «sí» y así su Corazón Inmaculado triunfe y reine en vosotros y a través de vosotros en el mundo entero.

A todos bendigo con Amor y pido: Continuad rezando cada día el Santísimo Rosario de la Madre de Dios, que es fuente de gracia y de salvación. Y también mi Rosario para que os conceda muchas gracias que tengo en mis manos y que he adquirido con mis méritos ante Dios.

A todos bendigo Catania, Siracusa y Jacari».