miércoles, 2 de noviembre de 2016

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, Yo, vuestra Madre, os invito al amor y a la santidad. Que vuestra conversión sea diaria y una ofrenda sincera a Dios.

No os alejéis de mi Divino Hijo cometiendo pecados terribles. Volved, retomad el camino recto, para que podáis merecer las gracias que mi Hijo desea concederos.

No seáis hijos de corazones endurecidos, cambiad de vida, para que vuestras vidas sean un ejemplo para vuestros hermanos y hermanas que no desean amar a Dios.

Hijos míos, no os dejéis utilizar ni cegar por Satanás. Él está vigilando, buscando alejaros de mí y del camino de la verdad. Rezad mucho y luchad con la oración y la gracia de Dios, renunciando a todo mal y pecado.

Rezad por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas, porque nadie se acuerda de rezar por ellas.

Ofrece tus oraciones por ellas, para que Dios, a través de sus oraciones, también te responda en tus momentos de duras pruebas y te bendiga. Quien reza por las almas del purgatorio alegra el Corazón de mi Hijo Jesús y el Corazón de mi Madre.

Rezad también por los infieles y por los que usan su lengua para destruir las obras de Dios. Cada palabra, cada acción, cada deseo voluntario contra las obras de Dios será pesado por el Ángel de la Justicia Divina.

El poderoso ojo del Señor lo penetra todo, alma y corazón, y nada quedará impune. Ay de los que no se convierten y desprecian las Leyes del Señor. Volved, volved, hijos míos. Dios os llama a la conversión, porque se acercan tiempos difíciles.

Cambiad ahora vuestros corazones y sed buenos. No hagáis daño a nadie, sino llevad amor y paz, porque el poderoso brazo de Dios limpiará todo mal y toda inmundicia de la tierra, y los que no cambien se lamentarán y llorarán amargamente por el tiempo perdido.

Convertíos y rezad más y más. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, durante la aparición, he pedido la bendición y la protección de la Virgen para mí y para mi familia. Ella me miró con sus hermosos ojos azules, llenos de amor, y me dijo

El Amor de Dios vence todo mal. Los cubro con mi Manto Protector. ¡He elegido a tu familia y a tu familia la protejo con mi amor!

Gracias Madre Amada. Amo a tu Hijo, a la Señora y a San José. ¡Reina del Rosario y de la Paz y Reina del Amor, ruega por nosotros!