jueves, 27 de octubre de 2016

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy se ha aparecido la Sagrada Familia: Nuestra Señora y San José que tenían al Niño Jesús en brazos. Los tres mostraban sus Santísimos Corazones y, en esta noche, San José fue quien nos dio su santo mensaje:

¡La paz de mi Hijo Jesús a todos vosotros!

Hijos míos, aquí está el que ruega ante el Divino Corazón de Jesús, cada día, por vosotros. Yo soy el Protector de vuestras familias. Acoged el amor de Dios en vuestros corazones. Acoged su luz y su amor, para que desaparezcan de una vez por todas de vuestras vidas todas las tinieblas del pecado.

Sed fieles y obedientes a Dios, porque el tiempo pasa y muchos están dormidos y ciegos, sin asimilar ni vivir los mensajes que mi Esposo Bendito os comunicó hace mucho tiempo.

No podéis imaginar lo que se avecina para el mundo, el mundo ingrato y pecador que ofende a Dios y no quiere arrepentirse.

Os doy mi bendición y pongo en mi Corazón a los que realmente quieren vivir las peticiones y enseñanzas del Señor con amor y fe.

No seáis infieles a Dios. Convertíos y cambiad de vida. Liberaos del pecado y no viváis lejos del camino santo de Dios, porque el demonio está al acecho, deseando devorar las almas de los que son desobedientes a los mandamientos de Dios.

Huye de las garras del diablo arrepintiéndote y confesándote, y el Señor tendrá piedad de ti. El diablo desea la guerra y la muerte de muchas personas. Intercede por el bien de la humanidad, para que el odio y la violencia se aparten de los corazones de los que no quieren hacer la voluntad de Dios.

Cuando el mundo esté sumido en una gran oscuridad, desorientado, sin fe y sin luz; cuando las verdades eternas sean cada vez más despreciadas y pisoteadas, el fuerte brazo de Dios golpeará a la humanidad como nunca antes, y sólo se oirán llantos y lamentos.

Ven bajo mi Manto protector, entra en mi Corazón castísimo, y serás protegida en el tiempo de la gran Justicia.

No despreciéis este mensaje. Abrid vuestros corazones. Rezad, rezad mucho, y Dios os bendecirá. Volved a vuestros hogares con la paz de nuestros tres Sagrados Corazones unidos. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.