martes, 31 de mayo de 2016

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz sea con vosotros!

Hijos míos, Yo vuestra Madre os amo y vengo a pediros que ofrezcáis vuestras oraciones por el bien del mundo. Os invito a la conversión. Os invito a la paz. Os invito a renovar vuestros corazones en el amor de mi Hijo Jesús. Rezad mucho para ser todo de Dios.

Mi Divino Hijo es quien os bendice siempre y quien tiene su mirada misericordiosa sobre vosotros y vuestras familias.

Hijos míos, ¿amáis a mi Hijo? ¿Me amáis a mí? Volved a Dios, haced feliz a su Divino Corazón, viviendo mis llamadas y llevándolas a vuestros hermanos.

Es hora de ser mis apóstoles, testimoniando la presencia de mi Hijo a todos los que le han cerrado su corazón y rechazan su Divina ayuda.

Rezad por la conversión de los pecadores. Rezad por los desobedientes y rebeldes. Te amo y te digo que hoy recibes gracias especiales.

Gracias por vuestra presencia y por las oraciones que me presentáis con amor. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy la Virgen ha orado en silencio sobre cada uno de nosotros y, con su mirada y su sonrisa maternales, nos ha transmitido su paz y su amor. La mirada y la sonrisa hermosas de la Madre son un signo de protección que nos defiende de los peligros del alma y del cuerpo. La mirada de la Virgen es poderosa y ahuyenta todo lo que puede quitarnos la paz y hacernos daño; su mirada maternal vela por nosotros, por nuestra felicidad.