Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

viernes, 7 de octubre de 2016

Festival del Rosario.

La Santísima Madre habla después de la Santa Misa Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V a través de Su dispuesto, obediente y humilde instrumento e hija Ana.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Hoy, 7 de octubre de 2016, hemos celebrado la Fiesta del Rosario de la Virgen. Fue precedida, como siempre, por una digna Santa Misa Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V.

El altar de María estaba hoy especialmente decorado con rosas blancas, orquídeas blancas y lirios blancos. Éstas confirman la Inmaculada Receptora, la Madre de Dios María. Ella recibió el saludo del ángel. Fue eclipsada por el Espíritu Santo y recibió al Hijo de Dios.

Por eso el altar de María estaba bañado de luz dorada y la Virgen no sólo estaba vestida con el manto blanco, sino que, al mismo tiempo, sostenía en alto el rosario blanco. Con esto quería decir: «Rezad el rosario muy a menudo. Sólo así podréis salvar aún al mundo».

Gracias por el saludo del ángel, querida Virgen, y por el tuyo: «Sí, soy la esclava del Señor, hágase en Mí según Tu palabra». Te damos gracias por Tu amor, que Tú, como Madre de Dios, irradias sobre nosotros.

Ahora Nuestra Señora dice: Yo, vuestra queridísima Madre, hablo ahora y en este momento, a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está enteramente en Mi Voluntad del Padre Celestial y repite hoy sólo palabras que vienen de Mí.

Amado pequeño rebaño, amados seguidores y amados peregrinos y creyentes de cerca y de lejos. Hoy habéis respondido a Mi llamada. Sí, es Mi llamada la que hoy os dirijo. Creed y confiad profundamente y tomad en vuestras manos el rosario, que es vuestra mayor arma. No hay nada más importante hoy que rezar el rosario. Es la única manera de evitar la 3ª Guerra Mundial, porque ya está cerca.

Reza para que el Padre Celestial no permita que Su juicio caiga sobre el mundo entero. Reza el rosario íntimamente y con todo tu corazón.

Tú, hijita Mía, Me has mostrado hoy tu rosario blanco porque Yo te he tendido Mi blanco.

Mis amados hijos de María, cuánto deseo ser vuestra madre. Quiero compartir vuestro sufrimiento.

Tú, Mi amada Catalina, tienes una aflicción de amor y el Padre Celestial quiere que la aceptes como Él desea. Sólo Él sabe cómo es en tu corazón. No te alejes de Él, sino que tiende tu corazón hacia Él, tu corazón que está herido y que ya ha vencido muchas heridas.

¿No te dijo el Padre Celestial que Él tiene el mejor ungüento para curar? ¿No te ha dicho que quiere sanarte? Él desea estos sacrificios de ti y te ama especialmente como a Su hija amada. Dile: «Sí padre, todo por ti. Es una aflicción de amor y te agradezco que pueda soportarla con tu hijo Jesucristo».

Yo, tu queridísima madre, te he precedido en el sufrimiento. ¿No fui suficientemente amada por el cielo? Sí, y sin embargo tuve que soportar el mayor sufrimiento por el mundo y por todos vosotros. Por eso he sido elegida Corredentora de Mi Hijo Jesucristo.

Por desgracia, este dogma de la corredención no se proclama hasta hoy, porque no permite este tiempo con el indigno Papa, que se ha convertido en hereje y anticristo. Ya he derramado muchas lágrimas por él, incluso lágrimas de sangre, que aún hoy derramo en muchos lugares.

Cómo me gustaría presentar al Padre Celestial su arrepentimiento para que le perdone. Pero no está dispuesto a dar marcha atrás. Vive en la incredulidad y lo proclama como falso profeta al mundo entero.

Mis amados hijos, os ruego que prometáis al Padre Celestial que Le haréis muchos sacrificios y que estaréis dispuestos a expiar estos graves sacrilegios. Ha sido crucificado de nuevo. Sí, es la plena verdad.

Yo, como Madre, estoy de nuevo bajo Su Cruz y reúno a Mis hijos de María bajo Mi manto, para que estén bien protegidos y puedan sufrir allí.

Amada Catalina, si Me amas entrañablemente, también tendrás un sufrimiento especial, una enfermedad especial. Llévalo con humildad y gratitud, aunque te resulte difícil. Yo, como Madre Celestial, te lo quitaría todo si fuera posible. Pero el Padre Celestial te exige grandes sacrificios. Por eso Él te ama especialmente en esta enfermedad. Sé obediente y sumisa, como has prometido hasta ahora. Te amo infinitamente.

¿Cuánto te ama el Padre Celestial en la Trinidad? ¿No te lo ha dado todo? ¿No está siempre contigo? Y yo, como Madre Celestial, cuánto te amo y llevo la cruz contigo. La levantaré si te resulta demasiado pesada. Os enviaré muchos ángeles que os acompañarán en vuestro camino.

Y ahora, Mis amados hijos de María, hoy, en Mi fiesta del Rosario, quiero bendeciros en la Trinidad, amaros y estar también con vosotros. En toda situación estáis protegidos por el Santo Arcángel Miguel y también por todos los demás ángeles. Benditos seáis, pues, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sois los amados del Padre Celestial y Mis hijos de María. Estad preparados para hacer los mayores sacrificios, porque en este tiempo se exige mucho de vosotros. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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