«Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado».
"Depende siempre, siempre, de la Divina Providencia. Cuando tu camino parece obstruido en un sentido, Dios provee en otro. Para la gracia, no hay callejón sin salida. La oración te muestra el siguiente paso que debes dar. La fe guía tu siguiente paso. La esperanza te anima".
«El desánimo es el precursor del fracaso, porque destruye la esperanza y orienta mal tu siguiente paso».
"Recuerda siempre que el rencor y la falta de perdón son una barrera para la gracia y, por tanto, sustituyen a la gracia en el corazón. Entonces, Mi Provisión queda obstruida. No la reconoces".