Cargad con vuestros pecados en la Santa Confesión y arrepentíos, hijos Míos. Amén.

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a Nuestros hijos que se confiesen. A través del Santo Sacramento de la Confesión, sus pecados serán perdonados. Los sacerdotes, ordenados por Mi Hijo, oyen vuestras confesiones y a través de él Mi Hijo perdona vuestros pecados. Pero debes arrepentirte y hacer penitencia para que tu/s pecado/s puedan ser perdonados. Si no te arrepientes, si no eres consciente de ninguna «culpa», no podrás ser perdonado.

Así que arrepentíos de lo que habéis hecho mal y/o dicho lo que deberíais haber hecho como cristianos creyentes y os habéis abstenido de hacer, porque entonces vuestro/s pecado/s podrán ser perdonados en la Santa Confesión y vuestra alma quedará limpia de la mancha que el pecado ha dejado en ella.

Confesaos, hijos Míos, porque la confesión es un don para vuestra salvación. Amén.

Con amor, vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

"Confesad también vuestros pecados Inconscientes, pues son grandes en número entre tantos de vosotros. Amén».