Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

viernes, 18 de enero de 2013

Viernes, 18 de enero de 2013

 

Viernes, 18 de enero de 2013:

Jesús dijo: “Mi gente, en el Evangelio de hoy curé al paralítico tanto en sus pecados como en su cuerpo. Algunos espectadores pensaban que solo Dios podía perdonar pecados. Poco sabían que yo verdaderamente soy Dios, y curé al hombre entero, tanto cuerpo como alma. Para recibir una curación, la persona a ser curada necesita tener fe en que yo podía curarla. No solo este hombre tenía fe en Mi poder curativo, sino también los cuatro hombres que llevaban a su amigo en una estera. Estaban tan decididos a verme que hicieron una abertura en el techo para bajar al paralítico a Mí debido a una gran multitud. Ojalá todos tuvieran esta fe en Mi curación. Por eso curé solo a unas pocas personas en mi ciudad natal porque no creían en Mí. Cuando la gente vio al paralítico levantarse y caminar, quedaron asombrados con lo que vieron. Incluso después de ver Mis milagros de curación, Mi calma de la tormenta y Mi caminar sobre el agua, aún la gente no entendió que yo era el Hijo de Dios hasta Mi Resurrección. Mis apóstoles finalmente creyeron, pero muchos judíos todavía no aceptan Mi Divinidad en medio de ellos. Todas las profecías del Antiguo Testamento se cumplieron en Mi primera venida. Todas las profecías del Nuevo Testamento se cumplirán cuando regrese sobre las nubes.”

Jesús dijo: “Mi gente, en muchos casos donde curé a la gente, podía sentir su dolor y me extendí hacia ellos. Es importante que la gente tenga fe para que yo pudiera curarlos. Están viendo que todavía sufro en Mi cruz porque estoy compensando los pecados de la gente, y estoy uniendo su sufrimiento con el Mío. No es fácil en la vida sufrir dolores crónicos de huesos o músculos. Les pido a la gente que ofrezcan todo su dolor y pruebas en la vida a Mí para que puedan compartirlo con Mi sufrimiento en Mi cruz. De manera similar les pido a la gente que ayunen de comida o algo que les guste los miércoles y viernes como una pequeña penitencia por sus pecados o los pecados de otros. Pronto comenzarán su ayuno de Cuaresma. Este es un buen momento en la Cuaresma para separarse de cualquier placer terrenal. Cuanto más puedan morir a sí mismos en sus deseos terrenales, más cerca estarán de Mí en la perfección de su vida espiritual.”

Origen: ➥ www.johnleary.com

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