Martes, 7 de febrero de 2006

Recompensa Celestial*

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Alabado sea Jesús."

"He venido a hablarte hoy sobre el Cielo. Cada alma experimenta el Cielo de manera diferente. Lo que el alma disfrutaba en la tierra, influye en su Cielo. Digamos que el alma disfrutaba estar en un clima tropical cálido--lo experimentaría en el Cielo. A la inversa, si disfrutaba de algún pecado mientras estaba en el mundo, pero comparecía ante el juicio con un corazón contrito, su Cielo sería disminuido, aunque sería tan feliz como Dios quiso que fuera, y no le faltaría nada."

"Todas las razones que alejan el corazón de la unión con la Voluntad de Dios son eliminadas en el Cielo, y el alma ama como fue destinado a amar--a Dios en el centro de su corazón, y al prójimo como a sí mismo."

* Nota al pie: San Tomás de Aquino dice: "Alabado sea Jesús."

"No mencioné que el alma que ama un cierto pecado

iría primero al Purgatorio, ya que este mensaje trata

solo con la recompensa celestial."