domingo, 9 de noviembre de 2025
Ayuda a tu Madre en el Cielo para iluminar esta Noche
Mensaje de Nuestra Señora de la Reparación a Henri de la Orden Romana María Reina de Francia del 5 de noviembre de 2025
En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Señora: ¡Alabado sea Mi Hijo Jesús!
Henri: ¡Sea alabado por siempre!
Nuestra Señora: Mis queridos hijos, he bajado del Cielo con la llama de la Esperanza, porque aquí abajo, en la Tierra, la luz ha cedido paso a las tinieblas. Rezad, rezad y rezad. En estos tiempos difíciles, volved vuestros ojos hacia vuestra Madre, la Virgen de la Reparación. Estoy aquí para que comprendáis el secreto de Mis Dieciocho Rosas. El 18 de julio de 1830 visité la ciudad de París. El 18 de febrero de 1858 pronuncié Mis Primeras Palabras en Lourdes. Dieciocho veces descendí a la pequeña Bernadette.
Esta semana os prepara para la profunda realidad de este número.
La humanidad enfrenta un momento crucial, con profundos trastornos. No ceséis, no os cerréis. Vuestra fatiga es una barrera para acoger Mi Llamada. Estáis inclinados a encerraros en vosotros mismos. Os invito a salir del desespero, de los diversos tiempos de Paz que han sido pisoteados.
Mis hijos, no sois puertas cerradas. Proclamad la Paz, porque es el fruto del Espíritu Santo. Estáis en este entrelazamiento de corazones, lenguas, culturas y tradiciones; pero sois un solo Pueblo. Sois un pueblo sin fronteras. Ayudad a vuestra Madre en el Cielo para iluminar esta Noche.
Henri: Sí, Madre, prometemos, nosotros los católicos romanos, estar cerca de la enseñanza de Nuestra Madre, la Iglesia. Sí, Madre. Lo creemos. Sabemos que el Santo Padre, Papa León XIV, es este Papa. Sí, Madre, ilumínanos en el caos del mundo. Creo en el poder de tu Corazón Inmaculado. Creo en el Poder de esta Llama de Amor!
Nuestra Señora: Mis queridos hijos, sed más fuertes, firmes y sólidos. Por eso debéis intensificar vuestras oraciones y aprender a tomar iniciativas para la Paz y la Libertad. Tú, Mi Hijo, endulza la amargura en Mi Corazón que proviene de aquellos que quieren secar el árbol de palma de la Paz.
Mis hijos, necesito vuestra participación. La Llama de esta Esperanza descenderá con Mi Bendición a vuestros corazones. Transmitidla. Que brille para disipar las tinieblas. Prometo mi protección a todos aquellos que vengan durante esta semana. Para la realización de Mis Planos, ofreced actos de Reparación.
Henri: Sí, Madre, no olvidaremos la señal del cisma. ¿Se irá? ¿Un golpe a la fundación? Rezaremos aún más por el Santo Padre.
Nuestra Señora: La hora de Mi Partida se acerca. Volveré mañana. Arrodillaos y agachad las cabezas.
Recibid esta Llama. Muchos de vosotros la sentiréis ardiendo en vuestro interior.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Henri: Hasta mañana, Madre.
[Traducción al portugués por Teixeira Nihil]
Fuentes: