jueves, 10 de julio de 2014

Cuando La Prosperidad Y El Lujo Lleguen A Su Fin, ¡También Se Acabará Tu Comodidad!

- Mensaje nº 615 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a los hijos de la tierra lo siguiente: Los países en los que vivís cambiarán, pues el pecado es grande, y Dios Padre traerá Sus castigos sobre vosotros, y vuestra «comodidad» pasará, pues cuando la prosperidad y el lujo lleguen a su fin, vuestra comodidad también pasará. ¡Así que piensa bien si esto es lo que quieres!

Abandona el pecado, las loterías, la vergüenza y el placer, pues todo ello te traerá la ruina, y no podrás llevarte nada de ello contigo, pero sí las riquezas que Jesús y el Padre tienen reservadas para ti. Por tanto, ¡considera cuidadosamente si merece la pena arriesgar tu eternidad por una vida de pecado, vergüenza, loterías y placeres, es decir, de desgracia ante el Señor!

Para estar en gracia ante el Señor, debes convertirte y prestar atención a los valores del Señor. Debes profesar a Jesús y vivir según Sus enseñanzas. Debes aceptar y vivir los mandamientos de Dios y conformar tu vida a Su placer, diciendo: ¡Hágase tu voluntad, Señor, no la mía!

El que vive en desgracia ante el Señor no obtendrá la eternidad en la gloria. No podrá entrar en el Nuevo Reino del Señor, porque no es digno. Así que confiesa a Jesús y vive tu vida como el Padre quiere para ti: En Su gracia y preparándote para la vida eterna a Su lado, pero no en la desgracia, que trae el pecado.

El que vive con todas las riquezas de la tierra, y eso a costa de sus hermanos, no necesita esperar las riquezas del cielo. Ya lo tiene todo y no lo comparte, pero las riquezas del Señor se multiplican en cuanto las comparte y las da a los demás.

Así que considera bien qué riquezas quieres preferir. Sólo las del Señor os llevarán al Padre, pero las terrenales son transitorias y nunca os darán la alegría eterna.

Decidid, hijos míos, y sopesad bien, pues sólo los que viven con Jesús y según Sus enseñanzas llegarán ante el Padre en gracia, pero todos los demás perecerán.

Así pues, estad prevenidos, Mis queridos hijos, y no sigáis perdiendo el tiempo en la comodidad y el pecado , rodeados de las más bellas riquezas de naturaleza terrena. Todo es pasajero en esta vida, pero los valores del Señor son eternamente permanentes.

Confiesa a Jesús y hazte uno con Él. Entonces participarás de las verdaderas riquezas del Padre, y se te concederá una vida a Su lado. Amén, hijos Míos.

Con profundo amor, vuestra Madre en el Cielo con los Santos Ángeles del Señor.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.