viernes, 6 de mayo de 2016

Viernes, 6 de Mayo de 2016

Viernes, 6 de mayo de 2016:

Jesús dijo: «Hijo mío, eres bendecido porque te he llamado para que salgas y compartas Mis mensajes, así como para que evangelices a las almas para que vengan a Mí en conversión a la fe. Hay muchas almas que aún no han sido invitadas personalmente a conocerme y amarme. Se necesita la gracia del Espíritu Santo para inspirar a Mis fieles a salir y predicar Mi Buena Nueva de salvación y Mi Resurrección de entre los muertos. Si la gente leyera Mis palabras en la Biblia y actuara conforme a ellas, no habría necesidad de evangelistas. Pero el maligno tiene tan agarrada a la gente, que tienes que despertarla y rezar oraciones de liberación para que sus almas se abran a Mis palabras. La Biblia siempre está disponible, y la Confesión también, pero hace falta un contacto personal para evangelizar a las almas para que conozcan Mi amor. Muchas almas están en pecado grave y necesitan que se les perdonen sus pecados en la Confesión para que puedan liberarse de las ataduras de sus pecados. Al tender la mano para ayudar a estos pecadores, puedes ayudar a cambiar sus vidas y convertirlos en cristianos fieles. En el fondo de sus almas, los pecadores saben lo que cuesta cambiar, pero renunciar a sus pecados de comodidad, puede suponer un gran paso con la ayuda de alguien. Por cada alma que puedas traer a Mí, tu viaje ha merecido la pena y el cielo se regocija. Continúa rezando pidiendo Mi ayuda y el Espíritu Santo para llevar a cabo tu misión».

Dijo Jesús: «Pueblo mío, Mis apóstoles no estaban seguros de cómo y cuándo vendría sobre ellos el Espíritu Santo. Dije a Mis apóstoles que permanecieran en Jerusalén y esperaran a que el Paráclito viniera sobre ellos. Una vez que dejara a Mis apóstoles, esperarían Mi regreso. Pero no sabían cuánto tiempo pasaría. Mis fieles de hoy siguen esperando Mi regreso. Hay alegría en vuestros corazones al saber que ya habéis sido bendecidos por el Espíritu Santo en vuestro Bautismo y en vuestra Confirmación. No experimentasteis Mi Presencia en la carne, pero sois bendecidos por creer aún en Mí por la fe. No experimentaste una lengua de fuego que descendiera sobre Mis apóstoles, pero aún así crees que has recibido los dones del Espíritu Santo. La fe en Mí es un don de Mi gracia, y debes alabarme y agradecerme todo lo que hago por ti. Si Me amáis de verdad, saldréis y compartiréis vuestra fe con los demás en vuestras buenas obras».