sábado, 19 de noviembre de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito a todos a mirar más al Cielo, a desear más el Cielo y a recoger un gran tesoro para vosotros en el Cielo.

Recoged un tesoro en el Cielo con buenas obras de amor cada día, haciendo todo con amor y por amor a Jesús y a mí, con oraciones de amor, orando con el corazón y tratando de hacer todo con verdadero amor en vuestros corazones.

Pedid cada vez más Mi llama de amor, para que todo lo que hagáis esté lleno de amor y sea fruto del verdadero amor.

Que vuestras oraciones no sean frías, sino ardientes con Mi Llama de Amor, pues sólo la oración ardiente es la que agrada a Dios y la que alcanza la Misericordia de Dios. Cuanto más ardiente sea la oración, mayor será la gracia que Dios derramará sobre ti y en tu vida.

Los religiosos deben hacer todo por Dios sólo por amor a Jesús y a mí y nunca poner su «yo» y su voluntad en medio de las obras.

A los laicos, a quienes es más difícil hacer esto, os pido que os esforcéis por hacerlo todo sólo por Dios y teniendo como único objetivo a Dios, que es el fin de la vida de todo hombre.

Preparaos cada vez más, hijos míos, para vuestra partida de esta tierra, porque todos los hombres morirán. La muerte es una consecuencia del pecado original y un día también vosotros dejaréis este mundo.

La vida es corta, preparaos, porque con buenas obras no sabéis ni el día ni la hora en que mi Hijo os llamará.

Por eso, si estáis preparados cuando Mi Hijo os llame, sentiréis alegría y no miedo.

A todos os bendigo ahora con amor y os pido: Continuad rezando Mi Rosario cada día.

Os bendigo a todos con amor desde La Salette, Montichiari y Jacareí.

(Santa Lucía): «Queridos hermanos, Yo, Lucía, vengo hoy del Cielo para invitaros: Alzad los ojos al Cielo, vivid sólo para el Cielo, hacedlo todo por el Cielo y que el Cielo sea el único deseo y anhelo de vuestros corazones.

Haced como Nosotros, todos los Santos: ¡Rezad por el Paraíso! Especialmente vosotros que habéis conocido aquí los Mensajes de la Madre de Dios y a través de Ella habéis sido elegidos para estar aquí.

¡Predica el Paraíso que te prefirió! ¡Elegid el Paraíso, que os ha elegido! ¡Amad al Cielo, que os ha amado!

Levantad los ojos al Cielo, sobre todo en estos tiempos de gran apostasía en los que los seres humanos se han convertido en bestias, bestias materialistas e iracundas que no ven más que comida, bebida, bienes materiales y placeres.

Levanta tus ojos al Cielo y ayuda a todos a levantar también sus ojos al Cielo, para que vean cuán grande es el amor de Dios, cuán grande y hermosa es la luz de la verdad eterna de Dios. Para que todos los hombres busquen la salvación y un día la alcancen en el Cielo.

Elevad vuestros ojos al Cielo y elevad también los ojos de los demás al Cielo, difundiendo a todos los Mensajes de la Madre de Dios y enseñando a todos a rezar el Rosario y las oraciones que Ella os ha dado Aquí, pues mediante estas oraciones elevaréis vuestros ojos al Cielo y entonces todos desearán el Cielo, buscarán el Cielo y buscarán el Cielo para siempre dejando las obras del pecado y de la muerte eterna.

Y entonces será el Triunfo de la Madre de Dios en todos los corazones.

Continuad rezando mi Rosario cada semana.

A todos bendigo con amor desde Catania, Siracusa y Jacari».

(San Gerardo): «Queridos hermanos y hermanas, yo, Gerardo, me alegro hoy de venir una vez más del Cielo para bendeciros y también para deciros: Dad vuestra vida al Señor que dio Su vida por todos vosotros en la Cruz.

Dad vuestra vida a Jesús. Dad vuestra vida a la Vida Eterna, que es Dios. Dad vuestra vida al Señor y Él también os dará una vida nueva y verdadera, Su vida verdadera, ¡la vida verdadera en Dios!

Yo entregué mi vida totalmente a Él, que es la Vida Eterna y por eso vivo eternamente con Él en la gloria del Cielo. A los ojos del mundo todos pensaban que estaba tirando Mi vida por la borda, que estaba perdiendo Mi vida.

Y así era, pero al perder Mi vida según el mundo, gané Mi vida para el Cielo, ¡para la vida eterna! Y hoy soy eternamente feliz con Dios y con mi Santísima Reina en el Cielo.

Si vosotros también entregáis vuestras vidas a Dios y a la Madre de Dios, viviendo según sus deseos y órdenes, viviendo según Sus mandamientos, viviendo según Su Amor vosotros también ganaréis la vida eterna.

No hagáis caso de los que os critican porque rezáis, porque vivís según el deseo de Dios y de la Madre de Dios, porque hablan por boca del diablo. El que te habla a través de ellos es el diablo.

Cuando oigáis lo que dicen, cerrad rápidamente vuestros corazones y vuestras mentes a lo que dijo el demonio rezando el Rosario. El Rosario será vuestra fuerza, el Rosario será vuestra fortaleza.

Y sigue alegre, valiente y sin miedo el camino de conversión, oración y salvación que la Madre de Dios te dio y te llamó aquí. Todo lo que pidas mediante el Rosario y el Ayuno, lo obtendrás.

Con el Rosario combinado con el Ayuno obtendrás inmensos milagros, obtendrás la conversión de muchísimas almas. Incluso podrás detener los castigos y flagelos que el mundo merece por sus pecados.

Continúa ayunando los martes y los sábados, rezando el Rosario todos los días y rezando Mi Rosario todas las semanas. A través de él te daré grandes gracias.

Difundid mi Rosario y el Rosario de Lucía número 3 porque los Mensajes que contienen aún no han sido suficientemente difundidos, haced esto y daréis gran alegría a mi Corazón.

Os quiero mucho y junto con Luzia y Nuestra Santa Reina os protejo siempre.

Os bendigo a todos con amor desde Muro Lucano, Materdomini y Jacareí.