Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
martes, 11 de octubre de 2016
Mensaje de María Santísima

(Marcos): Por siempre alabados sean Jesús, María y José.
Sí, sí, muy feliz de que esté aquí. Sí, siento como si renaciera. Siento como si Dios Padre estuviera cerca de mí, cuidando de mí. Me siento como si tuviera la fuerza para hacerlo todo y ningún sufrimiento, ninguna prueba pudiera abatirme.
Me siento plena, siento que lo tengo todo, que no me falta nada, lo tengo todo, la plenitud.
Sí, lo sé. Sí, lo tengo. ¡Ha dicho que espere!
Gracias Señora, diré que sí. También diré.
¡Ah! ¡Ya lo veo! Cuando él está aquí eres mucho más feliz, ¡no sabes cómo disimularlo! Sí, lo diré. Sí, lo vi, creí en el momento que era una señal de la Señora, no lo dudé.
¿Es ése el significado? Sí, yo también vi a la Señora. Creí en el momento que era una señal de la Señora. Nunca lo dudé.
Sí, lo he entendido. Sí, Señora, se lo diré a la gente.
Me acuerdo. ¡Ah! ¿Volverás mañana? ¿Contigo y con Jesús? Entonces, ¿a qué hora vendrás?
Sí, sí, ¡perfecto! ¿Te ha pedido que vengas? ¡Qué amor! Dale las gracias de antemano de mi parte, le quiero tanto y también le admiro tanto. Me gustaría ser sólo un uno por ciento de lo que él fue y de lo que hizo por ti. Quiero ser como él cuando un día crezca en santidad.
Sí».
(María Santísima): «Queridos hijos, en esta noche santa vengo de nuevo a invitaros a todos a mirarme a mí, la mujer vestida de sol, coronada de 12 estrellas con la luna en los pies, que aplasta la cabeza de la serpiente infernal, terrible como un ejército en orden de batalla.
¡Soy la mujer terrible como un ejército en orden de batalla! Soy terrible para los demonios, que no soportan mi presencia, no soportan la pronunciación de mi Nombre, no soportan mi Rosario cuando mis hijos me saludan 150 veces recitando el saludo angélico, que Dios mismo compuso.
Soy la Mujer terrible que allí donde aparece destruye las fuerzas del mal, las obras de Satanás, del pecado y hace triunfar las obras del bien, de la gracia para mayor gloria del Señor.
Soy la Mujer terrible, terrible para los pecadores obstinados e impíos que insisten en rebelarse contra el Señor, que insisten en vivir ofendiendo y crucificando a Mi Hijo. Que insisten en vivir persiguiéndome a Mí y a Mis videntes, intentando destruir Mis obras de salvación en el mundo.
Soy terrible para estos malvados porque siempre destruyo su perfidia, aunque a menudo parezcan vencer humanamente. Pero, sigo siendo la Virgen terrible, la misma que con un gesto severo hizo perder la guerra a los musulmanes en la batalla de Lepanto.
Y así también, al final de esta gran guerra entre Yo y Mi enemigo infernal, estos malvados que echan a perder Mis planes, que estropean y persiguen Mis obras de salvación. Todos estos malvados volverán a ser derrotados por Mí, y esta vez su derrota será definitiva, porque triunfará Mi Corazón Inmaculado, y el demonio nunca más podrá salir del abismo con sus secuaces para intentar hacer daño a la Tierra.
Soy terrible, terrible para todos los que se han rebelado contra Cristo, para los que siguen al anticristo, el espíritu de rebelión de estos tiempos en los que vivís. Soy terrible para ellos, porque con mis apariciones y manifestaciones destruyo sus pérfidas obras, reduzco a cenizas los diabólicos planes de Satanás a los que sirven.
Y cada vez más, elevo poderosamente a Dios a hijos santos, que con la santidad de su vida, con su ardiente amor por Mí, con su total entrega y consagración a Mí, una y otra vez hacen brillar y triunfar la luz de la gracia de Dios, la luz de la verdad, del amor, de la santidad y de la paz.
Soy la Mujer terrible que hace 300 años hizo aparecer de las aguas del río Paraíba do Sul, Mi imagen de la Inmaculada Concepción. Es decir, la que aplasta la cabeza de Satanás, como se describe en Apocalipsis 12, la Mujer que lucha contra el dragón infernal, la Mujer del Génesis.
Así pues, Yo soy esa Mujer terrible que en el Cielo de Brasil vuelve a decir a todos Mis hijos: Confiad y Esperad, ¡nada está perdido! Lo que dijo Mi pequeño hijo Marcos es verdad, un mal capítulo no es el final de toda una historia.
Por eso, hijos Míos, no perdáis nunca la esperanza en Mi Corazón Inmaculado, porque después de los malos capítulos, de las pruebas, de las tribulaciones que ahora tenéis que pasar, porque este tiempo es dado a Satanás.
Después de este tiempo Mi Corazón triunfará y vosotros, Mis hijos obedientes, que Me obedecéis, que Me seguís por el camino de la oración, de la gracia, de la penitencia y del amor, triunfaréis Conmigo.
Haré de vosotros también almas terribles contra el infierno, por la santidad de la vida, de la oración, de la consagración y de vuestra entrega total a Mí. Haré de vosotros almas terribles contra el infierno, destruiréis muchas obras de Satanás en Brasil y en el mundo con vuestras oraciones, sacrificios, con vuestro trabajo y entrega total a Mí, como ya ha hecho tanto Mi hijito Marcos.
Sí, hace tiempo prometí Aquí, con ocasión de esta misma Fiesta, que Yo salvaré a Brasil por su fidelidad, por los Rosarios Meditados que Me hizo, por las películas de Mis Apariciones que Me hizo y que tantas espadas de dolor arrancaron de Mi Corazón. Tantas lágrimas secadas de Mis ojos, tantas espinas arrancadas de Mi Corazón Inmaculado y tantos miles e incluso millones de almas salvadas para Dios y para Mí.
He prometido que salvaré a Brasil por ello y a pesar de las infidelidades, decepciones y traiciones de Mis hijos que no cumplen sus promesas, que no cumplen sus votos a Mí. Siempre he sido fiel a Mi promesa y ya he comenzado la gran obra de salvación de Brasil que vosotros mismos podéis ver con vuestros ojos y seguiré esta obra de salvación por Mi pequeño hijo Marcos.
Sí, en verdad os digo: Aunque todos Mis hijos de Brasil Me desobedecieran, Me traicionaran o Me abandonaran, Yo seguiré salvando a Brasil. Salvaré a Brasil gracias a Mi hijito Marcos, que Me ama más que todos, Me sirve y Me obedece más que todos y tiene por Mí una llama de amor más ardiente y abrasadora que todas.
Y ahora tengo una razón más para salvar a Brasil, que es mi querido y amadísimo hijo Carlos Tadeu, a quien di el hijo más amado, más querido de mi corazón, mi tesoro en la tierra. Sí, por ellos salvaré muchas almas, salvaré Brasil y también por Mis hijos que me obedecen, que me escuchan, que me aman grandes gracias realizaré en esta tierra de la Santa Cruz.
Cuanto más santos seáis más gracias habrá. Cuanto más recéis, más bendiciones derramaré de mi Corazón Inmaculado. Cuanto más os entreguéis a Mí, más irrumpirá poderosamente Mi Llama de Amor en medio de vosotros, convirtiendo a los pecadores y transformando la tierra de Santa Cruz en el Jardín de gracia, amor y santidad de Mi Corazón.
Soy la Reina de Brasil, ¡soy la Reina del mundo! Y en este tiempo particularmente marcado por una presencia muy fuerte y extraordinaria de Mi Aquí, especialmente en este año jubilar de tantas manifestaciones de Mi. Yo seguiré realizando en medio de vosotros las grandes gracias de Mi Llama de Amor.
A todos vosotros bendigo ahora con Amor y especialmente a mi amado hijo Carlos Tadeo, que hoy con su presencia aquí llena de alegría mi Corazón Inmaculado. Secando muchas lágrimas mías, cerrando muchas heridas que mis hijos abren en mi Corazón Inmaculado con las espinas y las espadas de sus pecados.
A mi hijito Marcos a quien amo y por quien salvaré y salvaré a Brasil. Y a todos vosotros, Mis queridos hijitos, os bendigo ahora generosamente desde Aparecida, Fátima y Jacari».
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