miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mensaje del Sagrado Corazón de Jesús

(Sagrado Corazón de Jesús): Queridos hijos míos, Yo, Jesús, vuestro Dios y vuestro Señor, me alegro de venir hoy con mi Santísima Madre, Aquí en el día 7, día elegido por nuestros Sagrados Corazones para derramar sobre vosotros toda la abundancia y todo el torrente de nuestras gracias.

Mi Sagrado Corazón amaba este país, Brasil, y por eso eligió Jacareí, para ser el Trono de mi Sagrado Corazón y del Corazón de mi Madre.

Sí, verdaderamente Aquí estamos cumpliendo lo que dijimos en los primeros años: Aquí estaría el polo espiritual que atraería a las almas de buena voluntad de todo el mundo, nota: almas de buena voluntad.

Los que no están obstinados en el pecado, los que no son duros de corazón, obstinados en el mal. Aquellos que aún conservan la inocencia, aquellos que aún conservan la pureza interior, la capacidad de creer en Mis Palabras, de regocijarse y alegrarse por Mí y por Mi Madre, por Nuestras Palabras, y que aún pueden comprender Nuestras Palabras meditando en su sentido extraordinario.

Sí, aquí estará el gran polo de la Tierra, el polo espiritual, que atraerá a todas las almas buenas, a todas las almas que tienen su nombre escrito en el libro de la Vida, que tienen su nombre grabado en Mi Sagrado Corazón y que están destinadas a estar Conmigo y con Mi Madre en el Cielo.

Aunque pecadoras y aunque imperfectas, Aquí, bajo la guía de Mi Madre, serán corregidas, serán enderezadas, serán convertidas, serán perfeccionadas y santificadas.

Y verdaderamente, Aquí, en muchas almas realizaré una gran obra de gran belleza. Para ello, renuncia al mundo de una vez, endereza tus costumbres, tu forma de hablar, tu forma de ser. Cambia tu forma de pensar, renuncia a tu forma de pensar, a tu opinión, para que realmente en ti no haya ningún obstáculo, ninguna barrera a Mi acción y a la acción de Mi Madre.

Mi Sagrado Corazón amaba Brasil y Aquí en Jacareí Mi Sagrado Corazón vino verdaderamente a terminar todo lo que Mi Madre comenzó en La Salette, Porzus, Lourdes, Fátima, Pontmain, Garabandal, Umbe, Ezquioga, Barral, Asseiceira y todas Sus apariciones sobre la faz de la Tierra.

Sí, hijos Míos, Aquí verdaderamente, Mi Sagrado Corazón hará realidad todas las Palabras de Mi Madre. Entonces, el mundo será renovado, derramaré mi Espíritu Santo que renovará toda la faz de la tierra y la tierra se convertirá en el jardín de gracia, belleza y santidad de mi Sagrado Corazón.

Debes abrirme tu corazón, para que Mi Espíritu Santo, que es Mi Llama de Amor, la Llama del Amor de Mi Madre pueda entrar en tu corazón. Y realmente renueve, transforme, cambie completamente tu corazón hasta que se convierta en una copia viva de mi propio Sagrado Corazón.

Es decir, que tenga los mismos sentimientos que Mi Corazón: amor, bondad, inocencia, fortaleza, magnanimidad, longanimidad, caridad. Y, sobre todo, amor, sobre todo amor. Sí, sólo tenéis un derecho, el de dejaros amar por Mí, el de ser amados por Mí y Yo amaros hasta la locura. Sólo tenéis este derecho, el de dejaros perdonar por Mí, amar por Mí y transformar por Mí.

Y Mi derecho es amaros, amaros hasta la locura. Y Yo os amo hasta la locura. Dejaos amar por Mí, por este amor infinito, y no pongáis obstáculos a la acción de Mi Amor en vosotros.

Si os dejáis amar por Mí, amor que significa: corregir, enderezar, podar, cortar de vosotros y de vuestra vida todo lo que no Me agrada, modificar por Mí, corregíos a través de Mi Madre, a través de las almas buenas que os advierten cuando os equivocáis y os censuran.

Si te dejas amar por Mí, modelar y transformar por Mí, entonces haré verdaderamente en ti una gran obra santa. Amo a las almas dóciles y rechazo a las almas soberbias que no aceptan la corrección.

Por tanto, dejaos amar, corregir y formar por Mí, para que Mi Sagrado Corazón esculpa verdaderamente en vosotros Sus rasgos, Su fisonomía, Su propia semejanza, Su propia santidad, Mi Santidad.

Si hacéis esto, seréis una obra de gran belleza y santidad ante el mundo, que encantará al mundo y le mostrará la gran Gloria de Mi Madre María y también de Mi Gloria, Aquí en este Lugar Sagrado de Nuestras Apariciones.

Entonces todas las lenguas, todas las naciones y todos los pueblos nos alabarán, nos bendecirán, nos amarán. Y finalmente, el Reino de Nuestros Sagrados Corazones se extenderá por toda la tierra sin rival y finalmente llegará la Paz para toda la humanidad.

Apresurad vuestra conversión porque la segunda gran evangelización que profeticé en Mi Evangelio se está cumpliendo Aquí, en la persona y obra de Mi hijo Marcos.

Sí, él llevó Mi Nombre y el de Mi Madre hasta los confines de la tierra, a todas las naciones de la tierra. Quedan pocos que oigan hablar del Nombre de mi Madre Reina y Mensajera de la Paz y de su Hijo Jesucristo, Yo, vuestro Salvador.

Cuando esto ocurra y cuando el resto de mis almas elegidas por fin nos conozcan, nos amen y recen el Rosario.

Entonces vendré, vendré a destruir este mundo dominado por Satanás. Vendré a destruir ese reino demoníaco que ahora ha dominado a toda la humanidad y a renovar ese desierto en el que se ha transformado esta humanidad.

Entonces traeré Cielos nuevos y Tierra nueva, y por fin seréis libres, libres, y no caerán más lágrimas de vuestros ojos, porque ya no existirán las cosas viejas del reino de mi viejo enemigo.

Por tanto, hijitos, convertíos sin demora, porque ha llegado Mi hora y la hora de Mi Madre. Y los que ahora no están con Nosotros, no se deciden por Nosotros y no nos dan su «sí», no estarán con Nosotros en esa hora de Gloria, la hora de nuestra Gloria.

Conviértete sin demora, ¡te amo y no quiero perderte nunca!

Marcos, Mi Llama de Amor incesante, has dado un gran consuelo a Mi Sagrado Corazón y al Corazón de Mi Madre con todas estas películas que hiciste de Sus Apariciones.

Especialmente La Salette, porque la espada del dolor que había estado clavada en el Corazón Inmaculado de Mi Madre durante más de 150 años, esta espada del dolor fue finalmente arrancada no sólo de Su Corazón, sino también de Mi Sagrado Corazón.

Porque ya no podía ver a Mi Madre sufriendo así. Sí, no puedo ver Mi sufrimiento, así que Yo mismo vendré a dar el Castigo a esta humanidad ingrata y tan disgustada con Mi Madre.

Yo misma le quitaré el Manto de la Dolorosa, secaré Sus Lágrimas y le daré el Manto Dorado de la Gloria y del Triunfo. Y ay de aquellos que han hecho de sus lágrimas el pan de cada día de Mi Madre durante todos estos años.

Porque Yo arrojaré, Yo arrojaré a todos éstos a las profundidades del infierno donde pagarán por toda la eternidad todas las lágrimas que han derramado de los ojos de Mi Madre.

No seáis del número de estos desgraciados hijos Míos, perseverad en el Amor de Mi Madre, obedeced Sus Mensajes para que alcancéis Mi Misericordia.

Y tú, Marcos, mi incesante llama de amor, nos has dado tanto consuelo a mi Madre y a mí. Sigue tu camino amando a Mi Madre, dando a conocer a Mi Madre todas tus obras, todo lo que has hecho por Ella por los millones de almas que aún no Nos conocen.

Para que se complete el número de los predestinados, que junto contigo cantarán Nuestra alabanza por toda la eternidad en el Cielo.

Sí, Mi palomita, Mi paloma elegida, rubí precioso de Mi Sagrado Corazón, delicia de Mi Corazón. Sigue cantando tu canción de amor por Mi Madre y por Mí, porque esta canción tuya no terminará con tu muerte, continuará en el Cielo y también en la Tierra, porque todas las generaciones futuras celebrarán tu canción de amor y se maravillarán de tu canción de amor y Me darán gloria, gloria y alabanza por esta canción de amor que Yo mismo puse en tus labios por Mí y por Mi Madre, que es tu vida llena de obras de amor.

Marcos delicia de Mi Corazón, Marcos alegría de Mi Sagrado Corazón, encanto de Mi Sagrado Corazón. Mi incesante Llama de Amor, te bendigo ahora a ti y a todos los que ahora me escuchan con amor desde La Salette, Fátima, Porzus y Jacareí».

(María Santísima): «Amado hijo Marcos, mi incesante Llama de Amor, transmite ahora mi Mensaje a mi amado hijo Carlos Tadeo, tu amado padre.

¡Yo soy la Reina y Mensajera de la Paz! Mi amado hijo Carlos Tadeo, hoy, día 7, te doy un Mensaje especial a través de tu y mi hijo Marcos Tadeo.

Hoy vengo de nuevo a decirte Hijo, te amo, te amo con locura, por ti crearía, por ti recorrería mil mundos para buscarte, para salvarte. Por ti Yo, tu Madre realizaría todos los milagros posibles e incluso los inimaginables, para buscarte, para salvarte, para defenderte, para protegerte.

Hijo mío, no tengas miedo Yo estoy contigo, conozco todos tus sufrimientos, todas tus cruces y el peso de cada una de ellas. Incluso sé cuántas hebras de cabello tienes y cuándo cae una de ellas. Estoy más cerca de ti y más unido a ti que la linfa que recorre tus células, tus tejidos y tus miembros.

Sí hijo, te quiero mucho y nunca te dejaré, siempre estaré a tu lado. Estoy muy contenta de todas las escenas que has hecho por Mi amor. Continúa siempre siguiendo todas las directrices que te he dado.

Y ahora te pido una cosa más, habla mucho de La Salette, habla mucho de Bonate, habla de estas Mis Apariciones Desconocidas de la humanidad. Sé mi eco y el eco de tu hijo Marcos Tadeu y mío.

Sigue haciendo que esta voz que grita en el desierto que es Mi hijito Marcos, siga resonando cada vez más lejos en este desierto, hasta que todos los oídos sordos y duros oigan Mi voz.

Sí, hijo Mío, también a ti te hice voz que clama en el desierto junto con Mi hijo Marcos. Y los dos como Juan el Bautista gritarán, gritarán fuerte hasta que este desierto oiga, hasta que este desierto reviva y vuelva a ser un Jardín de Santidad.

Hijo mío predilecto, cada vez que late mi corazón derramo una bendición sobre ti. Tu nombre está escrito en la fibra más íntima de mi Corazón Inmaculado. Estás continuamente Aquí en Mi pensamiento, en Mis ojos, estás continuamente Aquí envuelto en los pliegues de Mi Manto.

Sí, hijo mío, cómo te amo, cómo deseo siempre bendecirte más y más y hacerte crecer en santidad. Serás verdaderamente grande en el Reino de los Cielos junto con mi hijito Marcos. Y los dos juntos conducirán hacia Mí a esta gran nación que tanto amo, pero que es tan insidiosa y atacada, tan tentada y seducida por Mi enemigo.

Hijo Mío, no tengas miedo, sigue adelante porque imprimiré Mi Llama de Amor en tu voz, en tus palabras y ellas tocarán los corazones de Mis hijos endurecidos. Tú eres la extensión de Mi hijo de este Santuario en tu ciudad y como tal es a través de ti que quiero derramar Mis gracias sobre todos Mis hijos.

Así, como he castigado severamente a lo largo de los años a muchos de los que persiguieron y calumniaron a Mi pequeño hijo Marcos y para tantos otros reservo el Castigo en secreto, pero seguro.

También castigaré a todos aquellos que calumnien la obra de salvación que he realizado en ti y a través de ti. Ama cada vez más a mi hijo Marcos que es tuyo.

Te di a aquel que cumple la profecía de Mi hijo Jesús para anunciar Su Nombre y Mi Nombre a todas las naciones de la tierra.

Te di el alma elegida para preparar al mundo para la Segunda Venida de Mi hijo, que será tu hijo. Para que junto a ti y junto a él seáis un solo corazón, una sola llama de amor que prepare la tierra para el regreso de mi hijo.

Estad cada vez más unidos a Mi hijo Marcos y no permitáis que nada ni nadie os separe, ni os distancie, porque sobre vosotros descansan designios de Misericordia del Señor, el más alto plan de salvación, y muchas almas que os han sido asignadas.

Hijo Mío, te he dado el hijo, el alma elegida y predestinada para coronar con éxito todas Mis apariciones del pasado, resucitándolas, haciéndolas conocer, amar y obedecer para realizar finalmente el gran Triunfo de Mi Corazón Inmaculado profetizado en La Salette, Fátima, en otras apariciones hasta que Yo llegue aquí.

Sí, a través de este Mi hijo Marcos Mi Corazón Inmaculado ya está recibiendo el amor, la obediencia, la correspondencia, la gratitud y el «sí» de todas las naciones sobre la faz de la tierra, de millones y millones de almas que estarían perdidas sin remedio si no fuera por el «sí», el servicio, la obediencia, el amor, la vida de amor de Mi incesante llama de amor, que es Mi pequeño hijo Marcos.

Y este Mi amado hijo, tan amado y tan trabajador y entregado a Mi servicio, a Mi Corazón te di por hijo. Esta es la gran señal del amor que os tengo. Pconsuelo, en lugar de dártelo a otras almas, te lo di a ti, hijo Mío, para mostrarte cuánto te amo, cuánto te quiero, cuánto confío en ti y cuán alto te tengo en mi Corazón Inmaculado.

El hijo de Dios sólo fue confiado a una Virgen Santa, sin pecado, a una Virgen pura, a una criatura creada con todas las mayores virtudes y santidad.

El hijo de Dios sólo fue confiado como hijo adoptivo a un hombre santo, puro, lleno de virtudes y perfecto en todas sus obras, que fue José. Y también sólo Mi hijo más amado, más querido, más amado, más dedicado, más ardiente de Mi Llama de Amor te fue confiado a ti, hijo Mío.

Con este fin, te muestro cuánto te amo, cuánto te quiero, y cuánto te ama también Dios, cuánto te ama Mi hijo, te aprisiona. Este honor te ha sido concedido para que sientas cuán grande es Nuestro Amor.

No mires al lado de la responsabilidad para que no te asustes, ni te desanimes, ni te desalientes al encontrarte indigno o incapaz de Mis gracias.

¡No! Mira el lado del honor, mira el lado del gran amor que te mostré al darte el hijo de Mis profecías, el vidente profetizado por Mí en Mis antiguas profecías de Quito, de La Salette, de otros lugares.

Para que así, verdaderamente hijo, comprendas cuánto te amé, cuánto te honré, cuánto te privilegié, cuánto te exalté y te favorecí.

Sí, hijo, siempre estoy contigo. En cuanto abras la boca, bajaré como un rayo hasta ti para escuchar tus súplicas, tus peticiones, enjugar tus lágrimas, consolarte en tu martirio diario y darte fuerzas para que nunca te desanimes.

Nunca, nunca os abandonaré y hoy también coloco junto a vosotros a mi siervo Geraldo Majella para que sea vuestro defensor. Y también coloco junto a ti al Santo de tu nombre de pila, Carlos, para que te acompañen, te defiendan, te protejan siempre en todos tus caminos, te iluminen y te ayuden en tu gran misión.

Sí, hijo mío, Enoc, Elías soy Elías y mi hijo Jesús que profetizamos con el propio poder de Dios en estos tiempos. Pero tú y mi hijo Marcos sois también pequeños Enoc y Elías que junto con nosotros debéis profetizar, debéis llevar nuestra Palabra a toda la tierra.

Y vosotros que ahora sembráis entre lágrimas pronto en el Triunfo de mi Corazón Inmaculado volveréis cosechando, cantando con alegría los frutos de las semillas que habéis plantado.

Adelante hijo mío, adelante porque Yo siembro contigo. Y que sepas que todos los días a las 3 de la tarde, mi hijo Jesús descenderá del cielo para darte también a ti una bendición especial de su Sagrado Corazón.

Porque a esa hora en que mi hijo Jesús murió en la cruz, tú y mi hijito Marcos fuisteis una gotita de consuelo en el cáliz de amargura del que estaba saturado él y también mi alma.

Sí, Nuestros Sagrados Corazones saturados de penas, angustias, amarguras que nos dieron la ingratitud y el odio de los hombres. En aquel momento Nuestros Corazones encontraron en Nuestro pequeño hijo Marcos, nuestra incesante llama de Amor y también en ti una pequeña gota de consuelo en medio de aquel atroz sufrimiento.

Por eso, a las 15 horas, el Corazón de Jesús descenderá del Cielo para darte una bendición especial, como agradecimiento por el consuelo que nos diste en aquella hora de supremo dolor por tu fidelidad futura.

Alégrate, exulta de gozo, porque tu nombre está escrito en el Cielo y cada vez que lo pronuncio grande es la alegría de los Ángeles, de los Santos y de toda la Trinidad.

Seguiré bendiciendo tu ciudad, las cosechas, las tierras, gracias a ti e incluso muchos enfermos sanarán en el Triunfo de mi Corazón Inmaculado, en tu ciudad gracias a tu obediencia y fidelidad a mi Corazón.

A ti, hijo mío muy amado, que eres el padre a quien he confiado mi gran tesoro y que eres mi siervo, que eres mi hijo amado, te bendigo ahora con todo el amor de mi Corazón Inmaculado, de Lourdes, de La Salette y de Jacareí».