domingo, 2 de junio de 2013

Mensaje de la Muy Santa María

(Marcos): ¿Y dónde quieres que lo ponga? Sí, Señora. Sí.

"Mis amados hijos, hoy los invito una vez más al verdadero amor a Dios, un amor que los transforma completamente en reflejos vivos del amor propio de Dios, de la mismísima santidad de la Santísima Trinidad, un amor que los transforma en verdaderos apóstoles del Señor, que llevan su amor a todo el mundo; por lo tanto, abran sus corazones a la llama de amor de la Santísima Trinidad, para que pueda penetrar en ustedes, para que pueda entrar en sus corazones y transformarlos de tal manera que los lleve a ser ustedes mismos llamas vivas de amor.

Acoged la llama de amor de la Santísima Trinidad, abriendo de par en par las puertas de su corazón para que el amor de Dios entre en ustedes, para que los transforme, para que destruya dentro de ustedes todo lo que se opone a Su Amor, para que no haya rival para el amor de Dios en sus almas y ustedes sean verdaderamente siervos de Dios, llamas vivas del amor de Dios que enciendan todo el mundo con el fuego de Su Amor.

Acepten la llama de amor de la Santísima Trinidad, acercándose a Dios a través de Mí y de los Santos, como Dios desea, buscando verdaderamente creer en el Señor, acepten Su Amor, acojan Su santa bondad para que entonces Dios no se sienta disgustado con ustedes, Dios no los resista, porque a los orgullosos que buscan encontrar razones para no amarlo, negarlo y desobedecerlo a esos orgullosos, Dios se resiste y les niega Su gracia. Pero a aquellos que lo buscan con un corazón humilde, con un corazón puro y anhelando amarlo, conocerlo y servirlo, a estos, Dios se entrega en abundancia. Así la Santísima Trinidad derramará Su llama de Amor sobre todos ustedes, y Él obrará grandes maravillas en sus corazones, grandes cosas, su vida cambiará, la paz divina invadirá sus corazones, la luz del Señor iluminará todo su corazón, todo su ser, y ustedes vivirán y caminarán en Su gracia, Su amor y la verdad todos los días de su vida.

Acepten la llama de amor de la Santísima Trinidad, desprendiéndose de todo lo que les impide correr hacia el Señor, de abrir sus corazones a Él y de hacer sitio dentro de sus corazones para que Dios entre, habite y actúe en ustedes, así Mis hijos, con esta llama de amor ardiendo dentro de sus corazones día tras día, llevarán a cabo Su santa voluntad en la tierra y entonces continuarán haciéndolo amándolo, adorándolo, alabándolo con los Ángeles y los Santos conmigo en el Cielo por toda la eternidad. Entonces este mundo cambiará y el Triunfo de Nuestros Corazones finalmente sucederá y el mundo se transformará de un desierto sin Amor en un horno de Amor, el mundo se transformará de un pantano de pecado en un jardín de belleza y gracia. Las almas después de Mi Triunfo serán muy santas, realizarán obras maravillosas ante todos los hombres, todos vivirán en armonía con Dios y entre ellos, y la paz y la felicidad se darán a los hombres de fe que ahora, en medio de esta gran tribulación, Me obedecen, Me siguen y siguen el camino señalado por Mí en Mis Mensajes. Entonces, de sus ojos, nunca descenderán lágrimas de dolor, solo lágrimas de felicidad y alegría! Después de Mi Triunfo sentirán un gran amor de Dios y por Dios, sentirán un gran amor de Mí por ustedes y por Mí al mismo tiempo que llorarán de alegría. La paz que invadirá sus corazones será tan grande que vivirán más pacíficamente que el niño en el vientre de su madre, el león dormirá con el cordero, y los tigres vendrán a besar sus manos. La paz y la armonía que reinarán en la tierra serán tan grandes que las bestias serán mansos como corderos y los corazones de los hombres nunca más pensarán en el odio y la guerra y de todos sus labios saldrá la alabanza del Señor, la perfecta adoración de Él, y la perfecta alabanza y amor de Mí.

Continúen con todas las oraciones que les he dado Aquí porque ellas prepararán sus corazones para acoger la llama de amor de la Santísima Trinidad y para transformarlos en tabernáculos vivos de esta llama de Amor.

Practiquen la virtud de la humildad Mis hijos, esta virtud que los hace reconocer su nada, su miseria y que sin Dios y sin Mí su Madre no pueden hacer nada. Con la virtud de la humildad también reconocerán al más pequeño de sus hermanos y hermanas, y en sus corazones no habrá ni siquiera el sentimiento y el deseo de dominar, de ser mayores que sus hermanos y hermanas para pisotearlos; ni siquiera este espíritu maligno del mundo que hace sentir al hombre nunca entrará en su corazón, querer ser mayor que Dios, mayor que Yo, mayor que los Ciudadanos, los Santos del Cielo y por lo tanto con su conducta, su fe y su humilde amor serán agradables a Dios y Él recompensará su humildad con grandes gracias, con grandes bendiciones de Su amor. Con humildad ustedes también reconocerán lo que son ante Dios e incluso mientras dan su testimonio al mundo hablando de sus obras, hablando de lo que Dios ha hecho y hace en ustedes, lo harán buscando solo la gloria de Dios y la Mía hablando toda la verdad, defendiendo la fe y la verdad ante todo el mundo y todas las almas, y así su verdadero testimonio será marcado por el Señor y Mí con grandes gracias, con grandes bendiciones.

A todos hoy, los bendigo generosamente desde la Capilla de Rue du Bac en París, Pontmain y Jacareí.

Paz Mis amados hijos, paz Marcos, el más esforzado de Mis siervos, de Mis amados hijos".

(Marcos): "Nos vemos pronto, Señora.

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