miércoles, 22 de junio de 2016

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, yo, vuestra Madre, vengo a llamaros a la conversión. ¿Estáis dispuestos a acoger la llamada de Dios y a seguir su santo camino?

Recordad hijos míos, todo en este mundo pasa, sólo la eternidad dura para siempre, y muchos no la desean, porque están ciegos.

Muchos de mis hijos no quieren abrir su corazón a Dios. Prefieren creer las mentiras de satanás que las verdades eternas de Dios.

Rezad mucho, hijos míos, la salvación de muchas almas depende de vuestro sí a Dios y de vuestra dedicación en escuchar y poner en práctica mis llamamientos. ¿No queréis consolar al

Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celestial que tanto os ama?

Mi Divino Hijo derramó su preciosísima sangre y sufrió su dolorosa pasión de amor por cada uno de vosotros, porque deseaba ardientemente la salvación de vuestras almas.

Consolaos y amad al Corazón de Jesús. Él es vuestro refugio de protección, Él es la fuente de vida que os da la fuerza y la gracia del cielo para tener paz en vuestras vidas. Entregaos en las manos de mi Hijo y caminaréis seguros hacia el cielo.

Hijos, pedid la misericordia divina para la Iglesia y para el mundo. Se avecinan tiempos oscuros, pero a los que sirven fielmente al Señor les digo: Él hará maravillas y actuará con poder y gloria, por el bien de los que le aman. Estoy a tu lado para acogerte en mi manto inmaculado. Pide la protección de San Miguel Arcángel. Dios lo envía al mundo para guiar y defender a los suyos. San Miguel te ayudará a hacer la voluntad de Dios y, en los días malos, él, en nombre del Señor, aparecerá glorioso ante muchos para protegerlos y conducirlos por caminos seguros, pues así lo ha establecido Dios para los que me escuchan y me aman.

¡No temáis! Entrégate y confía. Hoy os bendigo para que todo mal sea desterrado de vosotros y de vuestras familias.

Os bendigo para que vuestros corazones se llenen del amor de Dios. Os bendigo porque os amo y mi amor os protege y os protegerá siempre. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.