sábado, 3 de diciembre de 2016

Ven Santísima Trinidad y todo el Cielo con las palabras de Dios Padre a Sus hijos

Hijo mío muy amado, soy Dios Padre del Cielo y de la Tierra. Vengo a enseñar a Mis hijos acerca de los profetas y mensajeros del pasado y de hoy. Mis profetas y mensajeros deben advertir a Mis hijos de lo que va a ocurrir si no escuchan Mis advertencias. He estado enviando a Mi Madre y a Mi Hijo a menudo los últimos años para advertir a Mi pueblo de acontecimientos futuros si siguen viviendo en el pecado de satanás. Sus mensajes son advertencias para vosotros de lo que ocurrirá si Mis hijos no escuchan y vuelven a los Diez Mandamientos.

Mira a Jonás en la Biblia y a todos los demás profetas que vinieron a advertir a Mi pueblo. Si el pueblo escuchaba a los profetas, el castigo podía disminuir y cambiar. Pero, si no escuchaban a los profetas, todas las advertencias sucedían como Yo dije. Sigo advirtiendo a Mis hijos igual que un buen padre en la Tierra sigue advirtiendo a sus hijos para que salven sus almas. No se puede vivir en pecado como América y todo el mundo están viviendo en pecado mucho tiempo sin pagar por ello. La oración todavía puede atenuar algunos de los efectos de lo que está a punto de ocurrir en América y si la mayoría de la gente se pusiera de rodillas y suplicara Mi perdón y volviera a poner los Diez Mandamientos en todo, algunos de los desastres naturales y físicos podrían atenuarse.

Me alegré mucho de vuestra elección pero debéis rezar todos los días por vuestros nuevos líderes y rezar mucho porque satanás es como un perro salvaje acorralado y ahora hará cualquier cosa para matar y mutilar a Mis hijos. Pero recuerda que Yo soy Dios Padre y tengo el control y satanás sólo puede hacer lo que Yo permito debido a los pecados de Mis hijos. Eso es lo que permite el libre albedrío, Mis hijos pueden salvar el mundo o destruirlo por las elecciones que hagan con el libre albedrío que les doy. Puedes tomar el libre albedrío que te doy y echármelo en cara y dárselo a satanás y destruir el mundo y sufrir mucho, o puedes vivir según Mis Diez Mandamientos y darme a Mí y a tu prójimo amor, honestidad y paz y salvar el mundo y ser feliz.

Yo no soy diferente de un padre amoroso que corrige a sus hijos una y otra vez hasta que llega el día en que tiene que decir «ya basta» y les quita todo para enseñarles una lección y entonces tienen que decir «sí» a su padre o «no» a su padre o salir y sufrir las consecuencias del mundo malvado.

Por favor, hijos Míos, cambiad pronto e id a confesaros como católicos o poneos de rodillas antes de Navidad y pedid perdón por vuestros pecados con un corazón perdonador o, de lo contrario, pagad el precio de un profundo sufrimiento. Y, rezad por todos los pecadores porque todos Mis hijos son pecadores a causa del pecado original. Amor, amor y más amor, Dios Padre del Cielo y de la Tierra. Gracias, hijo Mío por escribir. Amo mucho a todos Mis hijos.