domingo, 20 de noviembre de 2016

Capilla de la Adoración, Fiesta de Cristo Rey

Hola, amadísimo Jesús siempre presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Creo en Ti, Te adoro, Te alabo y Te doy gracias, Señor Dios de todo. Gracias por (nombre del sacerdote no revelado) y el ministerio que le has concedido. Gracias por su «sí» a Ti para su vocación. Madre Santísima, protégele siempre. Rezo por todos Tus hijos sacerdotes, para que siempre tengan valor y confianza en Jesús, y por su protección.

Señor, gracias porque (nombre del sacerdote no revelado) aceptó reunirse con (nombre no revelado) para orar por su curación. ¡Alabado seas, Jesús! Por favor, que todo salga bien. ¡Te quiero, Señor! Por favor, acompaña a todos los que están enfermos y necesitan curación, especialmente a (nombres ocultos) y a otros que he olvidado mencionar. Señor, te pido también por nuestros pastores y por todos los que aún no han experimentado el amor de Dios. Por favor, abre sus corazones a Tu amor y a Tu misericordia. Jesús, unge a mi familia y a mí con el óleo de la alegría. Concédenos la santa alegría, dulce Jesús. Te amo y Te alabo. Señor, Tú conoces mis intenciones. Por favor, concédeme un santo director espiritual. Santa Faustina, ruega por esta intención en mi nombre. Jesús, ¿tienes algo que decirme?

«Sí, hija mía. Quédate en paz. Yo estoy contigo. Te amo y conozco tu corazón. Todo irá bien. Has llevado muchas cruces por el Reino. Aunque te parezcan pequeñas, te las he dado Yo y hay mérito para los demás en que las lleves. Yo estoy contigo. Estaré contigo cuando vayas a (lugar no revelado). Mi Madre dará a todos los que peregrinen gracias especiales para los tiempos venideros. Vosotros no sentís, ni sois conscientes de estas gracias, pero sin embargo os son concedidas. Las necesitaréis para lo que está por venir. Un día, en el Cielo, todos serán conscientes de las muchas gracias que han recibido en la Tierra. Haced buen uso de estas gracias agradeciéndolas y mostrad amor a los demás por vuestra gratitud por todo lo que se os ha dado.

Hijos míos, tenéis gracias especiales y una marca indeleble en vuestras almas a través del Bautismo y sois Mis hijos. Tenéis un gran poder a través de Mi Espíritu Santo. Os doy a Mi Santa Madre María para que os cuide y os guíe. Se os ha dado el don de la salvación. ¿Qué no os he dado? ¿Qué te he negado? No os he negado nada y os doy cada vez más desde lo más profundo de Mi gran amor por vosotros. Debéis dar de este tesoro de gracias a los demás. Dad libremente, hijos, como Yo os doy libremente a vosotros. No os falte generosidad, porque os aseguro que Yo soy mucho más generoso con vosotros y para vosotros de lo que nunca podréis ser vosotros, así que dad Mi amor. Dad Mi paz y Mi alegría. Cuanto más des, más te saciarás, así que no temas el vacío».

¡Gracias, Jesús! ¡Gracias!

«Hija mía, eres bienvenida. Hablo a todos Mis hijos y deseo que presten atención a Mis palabras para dar a los demás lo que les falta: amor, paz y alegría. Ovejita mía, antes hablé a tu corazón, palabras que pusiste en duda. Te aseguro que estas palabras venían de Mí. No comprendiste que las dijera ahora, después de que las cosas parecen ir mejor en tu país. Sí, a tu nación se le ha concedido un periodo de gracia; sin embargo, los corazones deben cambiar o este periodo durará poco. Tu nación y tus gentes se han librado temporalmente de más maldad, pero los que hacen el mal están todavía en lugares de alta posición y son como perros rabiosos que buscan cualquier oportunidad para luchar. Se necesita mucha oración y ayuno. Te repito, hija Mía: «Protege a Mis sacerdotes»».

Sí, Jesús, así lo haremos. No sé cómo, cuándo ni dónde, pero te doy mi «sí». Señor, esto parecía tan severo antes y parecía fuera de contexto por alguna razón. Creo que las cosas han empezado a cambiar, Señor, y te agradezco mucho que el mal no haya prevalecido en nuestras elecciones. También veo que el mal no va a retirarse tranquilamente, y que hay muchas protestas y clamores también algo violentos. El bien rara vez protesta, Jesús. Sólo unas pocas veces en la historia el bien ha protestado a gran escala, pero a menudo protesta el bando del mal. Es interesante. No se irán en silencio, pues ésa no es su naturaleza. Señor, concédeles Tu paz. Dales oportunidades de oír hablar de Ti y de conocerte. Si Te conocieran, Te amarían, mi dulce Jesús. Eres precioso, tierno, amoroso, clemente, amable, misericordioso, gentil y todo lo que necesitamos en esta vida y en la otra. Alabado seas, santo Salvador y Redentor. Ayuda a los que no Te conocen a amarte y a experimentar Tu misericordia.

«Hija mía, las cosas van a cambiar, aunque a tu país se le ha concedido un indulto. Debes proteger a Mis sacerdotes».

Sí, Jesús. Como Tú lo pidas. Será un honor y un privilegio.

«Yo te guiaré y dirigiré, hija Mía. Los detalles por ahora no tienen importancia. Sólo lo es tu «sí»».

Jesús, (nombre del sacerdote no revelado) dijo que el triunfo del corazón de Nuestra Señora será pronto, según él. Le dije: 'Rezo para que así sea'. Él dijo: 'Sí, debemos rezar por ello'. Jesús, rezo por ello ahora. Por favor, haz que triunfe Tu Santa Madre María, el triunfo de Su Corazón Inmaculado. Por favor, Jesús, por favor. Señor, por favor, haz también que progresen los caminos para (lugar no revelado). Que Tú también trabajes en nuestros corazones según sea necesario para prepararnos. Confío en Ti, Jesús, aunque a veces parece casi imposible que se haga ningún progreso, pero sé que todo está en Tu tiempo. Gracias, Señor mío, porque Tus planes son para el bienestar de todos nosotros. Tú sabes lo que necesitamos, Jesús, y nosotros no lo sabemos de nosotros mismos. Tenemos una visión tan estrecha, pero Tú ves todo el Cielo y la Tierra a la vez. Jesús, confío en Ti. Señor, ayúdanos a tener esperanza de que lo que pensábamos que Tú querías es verdad; de que estamos en el camino correcto. Da sabiduría y recto juicio a (nombre oculto), Señor. Ayúdale a conocer Tu Voluntad y a cumplirla. Señor, Te amo. Ayúdame a amarte más.

«Hija mía, hija mía, estás creciendo en tu amor por Mí. Te preocupas por muchas cosas, pero Yo te doy Mi paz y te pido que sigas confiando en Mí. Aún no es el momento, pero cuando lo sea, las cosas se moverán rápidamente. Aseguraos de preparar vuestros corazones, pues eso es lo más importante. Este tiempo de purificación sirve para prepararos. Confiad en Mí. Los tiempos de los que os he hablado llegarán sin duda y este tiempo de gracia es un regalo de Mi Padre para que Mis hijos estén más preparados. Pronto, corderito Mío, cuando llegue la Renovación, todos diréis que ha merecido la pena la espera y las cruces».

Jesús, ¿estaremos en (lugar retenido) antes de la Renovación?

«Sí, hija mía. Lo estaréis. Antes de este tiempo, (el tiempo de la Renovación), es el Tiempo de las Grandes Pruebas del que he hablado. Durante las pruebas tendrás que proteger a Mis sacerdotes. Yo les dirigiré. Mi Madre les guiará y se asegurará de que encuentren tu lugar de refugio y el de tu familia. La Comunidad mantendrá a todos a salvo mediante las oraciones, el ayuno y su amor a Mi Madre. Todo irá bien. Los niños vendrán también y con ello habrá nueva vida, curación y esperanza. Todo irá bien. Daré lo que sea necesario. Debes dar tus «síes» cada día, incluso cuando las cosas sean difíciles. Eso es todo lo que se necesita y Yo haré el resto».

Gracias, Jesús. Te quiero. Ayúdame a amarte más. Ayúdame a estar en Tu santa y perfecta Voluntad. Jesús, temo abandonar Tu Divina Voluntad. Por favor, mantenme a salvo en Tu Sagrado Corazón y no permitas que Te ofenda, que eres todo bondad y mereces todo mi amor. Gracias por ser amor, Jesús. Gracias por ser misericordia. Gracias por ser paz. Te adoro, Jesús, Dios mío. Que el Corazón Inmaculado de Nuestra Señora triunfe pronto. Que Sus hijos cooperen con Tu plan para que esto suceda, Jesús.

«Hija mía, sigue rezando por un director espiritual. Te enviaré uno, pero no en este momento. Lo haré en el futuro. Por ahora, reza por el que he elegido. Reza por él ahora, en este tiempo de espera. Santa Faustina también reza. Ella está contenta con el que he elegido».

Gracias, Jesús. Señor, ahora no entiendo qué va a ocurrir para que se desencadenen las cosas. Lo que pensaba que iba a ocurrir ha cambiado de dirección, así que ahora no lo tengo claro. (Probablemente también lo estaba antes).

«Hija mía, lo que pensabas que podía ocurrir era una posibilidad, pero todo dependía de la oración. Ahora puedo trabajar, pero aún hay mucho en juego. Aún estás en terreno inestable. Se necesita más oración. Las cosas empezarán a desarrollarse ante vuestros ojos. El hombre que ha sido elegido está respaldado por Mí, pero no es más que un hombre. Puede hacer un poco, pero tus oraciones y las oraciones de Mis hijos pueden conseguir más. Ánimo y sabed que Yo soy Dios. Te amo y tengo el control».

¡Gracias, Jesús! ¡Te quiero!

«Mi corazón espera las visitas de Mis hijos. Permanezco aquí, en el Santísimo Sacramento, esperando a Mis hijos. Háblales de Mi amor por ellos».

«Venid a Mí, hijos Míos. Venid al agua de la vida donde hay descanso y paz. Estoy aquí para vosotros y nunca os abandonaré. Aunque la gente del mundo os dé la espalda, Yo nunca os abandonaré. Ven, camina Conmigo. Te amo».

Gracias, Jesús. ¡Tú eres el amor y la misericordia mismos!

«Hija mía, pasa tiempo adorándome y alabándome. Mírame, para que pueda ver tu rostro».

Sí, Jesús. Gracias, Señor. (Pasa tiempo en silencio adorando a Jesús) Jesús, ¿tienes algo más que decirme?

«Sí, hija Mía. Estaré contigo esta semana. Te acompañaré a ti, a tu familia y a todos Mis hijos en el camino para ver a Mi Madre y estar con Ella. Gracias por vuestros sacrificios. Vuestro tiempo será un tiempo bendecido entre vosotros. Estad alegres y dejad a un lado todas las preocupaciones para que tengáis el corazón abierto. Gracias por vuestro consentimiento para hacer la Voluntad de Mi Padre. Sus planes se están desarrollando. Id ahora en paz. Sed alegría, amor y misericordia para los demás. Llevad Mi luz a un mundo oscuro. Te bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo».

Gracias, Jesús. Amén. Aleluya.