domingo, 11 de septiembre de 2016

Capilla de la Adoración

Hola, queridísimo Jesús siempre presente en la Sagrada Eucaristía. Creo en Ti, te adoro, te alabo y te amo mi Dios y mi Rey.

Gracias por la oportunidad de ir a Misa anoche y venerar las reliquias de San Padre Pío. Fue un momento muy bendecido. Gracias porque atravesamos a salvo la tormenta. Alabado seas, Jesús. Por favor, bendice al sacerdote franciscano que acompañó las reliquias de San Pío.

Señor, te doy gracias también por el trabajo que me has asegurado y por la próxima reunión de la semana que viene. Por favor, guíame en lo que debo decir.

Señor, te pido por todos los que están enfermos y por la curación de (nombre oculto). Te pido por los que aún no han experimentado Tu amor y por los Obispos, nuestros pastores. Jesús, ¿tienes algo que decirme?

«Sí, hija mía. Me gustaría que hablaras a todos de Mi amor misericordioso. La gente no comprende el significado de la palabra amor. Sin embargo, saben cuándo se han encontrado con alguien que ama. Saben lo que es cuando ven el amor, pero no hasta entonces. Hijos míos, debéis ser los Hijos de la Luz que llevan el amor a los demás. Difundid Mi amor y Mi misericordia dándolo libremente a los demás. Debéis dar Mi amor libremente, es decir, sin esperar nada a cambio. De este modo, Mis hijos experimentarán Mi amor a través de ti y en ti. Llevad Mi amor a los que encontréis y dadlo libremente, hijos Míos».

Jesús, me cuesta escribir y mantenerme despierta. Estoy muy cansada, mucho más de lo que pensaba. Gracias de nuevo por la gran gracia recibida, Señor. ¡Eres tan generoso!

«Hija mía, una de las razones por las que estás tan cansada es por las muchas gracias que recibiste ayer. Te estoy preparando para tu misión; la que está por venir. Descansa, hija mía. La próxima semana estará llena de servicio y preparativos. Estoy contigo, hija Mía. Todo irá bien. Concéntrate en la oración esta semana».

¡Gracias, Jesús!

«Te doy las gracias, corderita Mía, por haber venido a adorarme en el Sagrado y Santísimo Sacramento. Sé que estabas cansada después de tu viaje y que hubiera sido más fácil quedarte en casa y descansar. Gracias por hacer de esto un sacrificio de amor».

Jesús, Tu presencia en todos los sagrarios del mundo es un sacrificio de amor que pones a nuestra disposición a través del gran sacrificio en la cruz. Te estamos agradecidos, Señor, por Tu sacrificio. Cualquier cosa que hagamos es pequeña en comparación.

«Sí, hija Mía, y aún así te estoy agradecida. Anhelo que más hijos Míos Me visiten en Adoración. Reza por tus hermanos y hermanas, hija Mía, para que lleguen a valorar este gran don, Mi regalo al mundo».

Señor, ayúdanos a prepararnos espiritualmente para nuestra peregrinación. Concede a (nombre retenido) gracias para que pueda afrontar el largo viaje. Ayúdale a aprovechar al máximo su peregrinación. Rezo esto por todos los peregrinos de nuestro viaje. Estoy deseando estar en esta bendita tierra de Medjugorje. Gracias por la oportunidad y gracias por enviar a Tu Madre a la tierra para darnos mensajes durante tanto tiempo. Te ruego que le permitas estar con nosotros durante muchos años, si es Tu santa Voluntad. Alabado seas, Jesús.

«Ve en paz, hija Mía. Os bendigo a ti y a Mi hijo (nombre oculto) en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Id en paz. Sé amor, sé misericordia, sé alegría para y con los demás».

Gracias, Jesús. ¡Amén y Aleluya!