Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU
domingo, 8 de mayo de 2016
Capilla de la Adoración

Hola, amadísimo Jesús siempre presente en el Sagrario bendito. Te adoro, mi Señor y mi Dios. Gracias por la hermosa Misa de esta mañana y por la coronación de mayo de la estatua de Nuestra Señora. Ha sido precioso. Gracias por los sacerdotes buenos y santos, Jesús, que aman a Nuestra Señora y son buenos pastores de Tu rebaño. Ha sido una ventaja añadida ser investidos con el escapulario marrón. Qué regalo para nosotros. Jesús, ya sé que la fiesta de la Ascensión fue el jueves, pero como la celebramos hoy en nuestra diócesis, feliz fiesta de la Ascensión. He tratado de imaginar cómo se sintieron los Apóstoles cuando Tú ascendiste. Estoy segura de que sintieron pérdida y dolor y quizá por eso enviaste ángeles para animarles. También debió de ser un espectáculo glorioso. Me pregunto: .... Gracias por Tu promesa a ellos y a Tu incipiente iglesia (en aquel tiempo) de enviar Tu Espíritu Santo. Señor, Tú siempre piensas en todo, hasta en el más mínimo detalle. Te estoy muy agradecido.
Jesús, te traigo a todos mis seres queridos, mis hijos, mis nietos, y muy especialmente a mi marido, que no está aquí, pero se queda con (nombre oculto) para que yo pueda estar aquí. Por favor, bendice a (nombres ocultos). Señor, también traigo ante Ti a (nombre oculto), que está luchando mucho con su empleador, que la ha programado para trabajar hoy domingo. Desea tanto observar este día sagrado y no trabajar, pero la están arrinconando. Se siente miserable, Señor. Por favor, dirígela y muéstrale lo que debe hacer; lo que Tú quieres que haga. También, Señor, te presento a (nombre oculto), que sigue enfermo y se está recuperando. Ayúdale con (procedimiento no revelado) , Padre Dios. Madre Santísima, por favor, dale abundantes gracias a (nombre no revelado). Ayúdale a no desanimarse ni abatirse. Dale gracias para que se recupere pronto. Gracias y alabanza porque está mejorando. Ayúdale a verlas, Señor. Ayúdale a querer vivir y servirte, Jesús. Estoy seguro de que está deprimido, Jesús y puedo comprenderlo. Ayúdale, Señor. Le has llevado tan lejos, dulce Jesús y te estoy muy agradecida. Ayúdale a vaciarse de sí mismo, mi Señor y Salvador, pero luego llénale de Tu Luz Divina. Dale ojos para ver y oídos para oír y pasos firmes para seguirte. Renueva su valor y su energía, Señor, igual que una cría de águila al ser empujada del nido por su madre cae muy lejos, casi hasta el suelo antes de que la madre águila la coja y la levante en alto para intentar volar de nuevo; sé así para (nombre retenido). Recógelo, Señor mío, y levántalo en alto para que vuelva a volar. Hay tanta gente a la que tocas a través de él, Señor. Por favor, continúa Tu obra en él y permítele ver un propósito a su sufrimiento para animarle una semana más. Ten piedad, Jesús mío. Ten piedad. ¡Te amo, Jesús! Por favor, ayúdanos a estar todos unidos en el amor a Ti. Cúranos y concédenos Tu precioso don de la paz. Sobre todo, Señor, haz que cumplamos Tu adorable y perfecta Voluntad. Alabado seas Dios, ahora y siempre.
Bendita Madre, feliz Día de la Madre. Feliz Día de la Madre a mi Mamá y a mis Abuelas y a todos mis familiares que son madres y están en el Cielo. Este es un día muy especial, y Jesús. Rezo también por aquellas mujeres que no permitieron la vida de sus hijos. Por favor, perdónalas y ayúdales a buscar el perdón y la curación. Bendice a todas las madres y a todas las mujeres que esperan un hijo, Jesús. Ayúdales a elegirte a Ti y a elegir la vida.
Señor, por favor, ayuda a nuestro amigo (nombre oculto). Sana su espalda, Jesús. Dice que es muy doloroso tener fracturas por compresión. No puedo imaginarlo, Jesús, pero Tú sabes lo doloroso que es. Por favor, guía las manos del médico que le pondrá una inyección de esteroides esta semana. Ayuda a que esto sea eficaz para (nombre oculto), Señor. Gracias, Señor, por las muchas bendiciones que nos das. Señor, que se haga Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo.
Jesús, ¿tienes algo que decirme?
«Sí, hija mía. Quiero decirte que he escuchado y recibido todas y cada una de tus oraciones y todo lo que hay en tu corazón. Hija mía, te perdono las veces que te has quedado corta esta semana. Sé que las cosas que pasan en tu familia pesan en tu corazón. Entrégamelas como has hecho hoy. Confía en Mí para resolver cada dificultad. Dile a Mi (nombre retenido) que la amo y que no la condeno por esta situación insoportable en la que se encuentra, pero que deseo que encuentre otro empleo. Ay de los que extravían a Mis pequeños contra su voluntad. ¿No es ésta una forma de esclavitud y servidumbre, corderita Mía, cuando uno se ve obligado a ir en contra de sus creencias religiosas y de uno de Mis Mandamientos? El pecado es la esclavitud del alma y los que eligen el pecado y no se arrepienten pagarán graves consecuencias, pero ¡ay de los que imponen su pecado a los demás! No hay excusa para ello. Reza, porque sus almas están en juego. Para Mi preciosa (nombre oculto), ha llegado el momento de cambiar de dirección, pues ya ha hecho todo lo que podía hacer».
«Sacude el polvo de tus pies, hija Mía y sigue adelante. Yo abriré un camino y te sacaré de las tinieblas y te llevaré a la luz. Anteriormente, te pedí que permanecieras, Mi pequeña pura, y lo has hecho lo mejor que has podido; mostrando amor a los que te persiguen y siendo una luz. En lugar de estar abierta y receptiva; el mal que llevan dentro, el orgullo, ha causado aún más rebelión y por eso ahora es el momento de dar tu testimonio marchándote. Al adoptar una postura y alejarte, serás un testigo aún mayor para muchos de los que te rodean. No te angusties ni tengas miedo, porque Yo estoy contigo. Yo, el Dios del Universo, te guiaré y te prepararé el camino. Confía en Mí».
Gracias, Señor Dios. ¿Significa esto que debe marcharse ahora o que Tú le encontrarás otro trabajo antes?
«Hija mía, esto es difícil para ti, lo sé. Te arriesgas al pedirme esto y al escribirme, pero también debes confiar en Mí. Nunca te he llevado por mal camino, ni te he defraudado. Puedes confiar en Mí en todos los aspectos de tu vida. Confía en Mí. En cuanto a Mi más pequeña, le pido que rece a Mí en busca de dirección. Yo te guiaré, hija Mía. Tu abuela (nombre oculto), que es Mi canto de alegría, y tu bisabuela (nombre oculto) rezan por ti. Me han pedido en muchas ocasiones que te «saque de allí» y que encuentres otro empleador que te respete a ti y a los talentos que te he dado. Me has sido obediente y te has esforzado por mostrar amor y alegría a los demás. He derramado gracias sobre muchas almas a través de ti. Ha llegado el momento de que demuestres que Me honras por encima de todas las cosas y que incluso arriesgarías tu sustento por obedecer Mis Mandamientos. Ha llegado el momento de dar un gran paso en la fe y empezar de nuevo. No se puede empezar sin antes terminar. Cada final precede a un nuevo comienzo, hija Mía. ¿No te cuidé después de que perdieras tu trabajo en la agencia? Sí, hija Mía, tú lo recuerdas y sabes que Yo haré lo mismo, pero ahora necesito que seas testigo de esta opresión. Siento que hayas sido testigo de esta oscuridad, pero ahora ves lo importante que es seguirme con todo el corazón, la mente y el alma, pues lo contrario es jugársela al enemigo. Cuando uno no guarda Mis Mandamientos, la mente y el corazón empiezan a oscurecerse y se hace difícil reconocer la verdad. Yo soy la verdad, como ves, y cuando la gente elige el pecado, la verdad, la luz, ya no está dentro de ellos. No me refiero a una ocasión de pecado, sino a un pecado tras otro, tras otro, que hace cada vez más fácil racionalizar más pecado y luego imponer su punto de vista perverso a los demás. Esto se hace para darles una falsa sensación de aceptación, pero no es aceptación, ya que se obliga a los demás a elegir el mal. En realidad, nadie está obligado a elegir el mal, pero Mis pequeños, que dependen de sus empleadores para ganarse la vida, sienten que no tienen otras opciones. De este modo, los empleados son culpables de su propio pecado y de los pecados que han llevado a otros a elegir. Como ves, hijita Mía, Yo, tu Jesús, necesito jóvenes fuertes, bellos y valientes que den testimonio de Mis Mandamientos. Todo esto ha sido permitido por Mí para aumentar el crecimiento de tu confianza en Mí, para que seas testigo ante los demás y para que seas una luz en estos días de extrema oscuridad. Es hora de llevar tu testimonio a un nuevo nivel, Mi dulce y amorosa (nombre oculto). Apóyate en Mí, tu Jesús, y verás la victoria, pero no hasta que des un paso al frente con fe».
«Hija mía, no temas. No es tu consejo el que estás escribiendo, así que no necesitas estar ansiosa. Soy Yo, Jesús. Estas son Mis palabras para Mi pequeña, que es Mi pequeña Juana de Arco, pero de una manera diferente, pues ella es (nombre oculto) con el corazón de Mi valiente Juana. ¿Qué tienes que perder, Mi (nombre oculto) por seguirme de forma radical? Si perdéis el mundo entero pero ganáis Mi Reino, no habréis perdido nada, sino que habréis tomado los talentos que os he dado y los habréis centuplicado. Sé como una Juana en estos días, Mi princesa feroz, pues todo el Cielo intercede por ti. No es una batalla pequeña, hija Mía, pues en el mundo espiritual hay mucho en juego, pues las almas están en juego. Por favor, confía en Mí. Ten buen ánimo. No albergues malicia en tu corazón, sino reza por los que te persiguen. Tu objetivo es ser testigo de Mí para que los corazones se abran a Mis gracias de conversión. Yo soy el Buen Pastor y os guío. No tengas miedo, sólo confianza».
Gracias, Jesús. Esto parece un gran paso en la fe, Señor, pero Jesús, Tú estarás ahí con el siguiente camino que ella debe tomar. Jesús, confiamos en Ti. Jesús, confiamos en Ti. Jesús, confiamos en Ti. Santa Faustina, ruega por nosotros. San Papa Pío, ruega por nosotros. Santa Catalina, ruega por nosotros. Santa Juana de Arco, ruega por nosotros.
Jesús, ¿tienes algo más que decirme?
«Sí, hija mía. Recuerda la milagrosa oración de confianza que rezaste por (nombre oculto). Recuerda que le entregaste libremente a Mi Voluntad».
Sí, Jesús. Recuerdo y agradezco Tu santa Voluntad.
«Pequeña mía, sigo cuidando de (nombre oculto). No te preocupes demasiado porque esté triste. Acudirá a Mí en sus momentos de necesidad, como siempre ha hecho, y le estoy llevando a un nuevo nivel de santidad. Es bueno que tenga algún tiempo a solas para orar y reflexionar. Los tiempos de adversidad son permitidos por Mí para acercar a las almas a Mi Sagrado Corazón».
Sí, Jesús, lo comprendo. Parece que ya ha pasado por adversidades extremas, Jesús, y algunos dirían que ya ha pasado por suficientes. Pero, nosotros no somos Tú, Señor y no tenemos ni idea de lo que se requiere para llegar a ser profundamente santo. Cada alma en creada de forma única y sólo Tú sabes lo que se necesita. Por nuestro amor, Jesús (a veces equivocado, lo sé) a menudo intentamos hacer lo que creemos que es mejor, y aunque estemos equivocados y no veamos las cosas desde una perspectiva espiritual, seguimos intentándolo lo mejor que podemos y haciendo lo que creemos que es correcto. Ayúdanos, Jesús. Danos Tu sabiduría y danos gracias para el discernimiento.
«Hija mía, estoy actuando en la vida de (nombre no revelado) y en las vidas de innumerables personas que están entrelazadas contigo y con (nombre no revelado) e incluso con toda tu familia a través de esta enfermedad y de este momento difícil en la vida de (nombre no revelado). Estoy actuando y estoy con todos. Muchos de Mis santos experimentaron una oscuridad espiritual que parece oscuridad, pero que en realidad es sólo oscuridad tal como ellos la perciben, pues Me oculto a sus sentidos para que su fe y confianza en Mí sean puestas a prueba. Cuando las almas permanecen fieles incluso a pesar de esta aparente ausencia de Dios, Yo las llevo a nuevos niveles de santidad. Lo hago por Mi gran amor. Esto es un honor y sólo a Mis amigos más íntimos se les permite experimentar esta prueba, pues sólo Mis amigos más íntimos son capaces de resistirla. No me refiero a la oscuridad causada por el pecado, que se debe a que uno elige el pecado y opta por ausentarse de Mí. Me refiero a la noche oscura del alma, cuando quien camina cerca de Mí experimenta la sensación de Mi ausencia. Esto puede causar una sensación de depresión, tristeza, un sentimiento de abandono como el que experimenté en la cruz. Sólo a las almas que están muy cerca de Mí se les permite experimentar lo que Yo experimenté desde la cruz. Estas almas cuentan con el apoyo de los santos ángeles, sin que ellas lo sepan, por supuesto. No permitiré que este periodo se prolongue demasiado en detrimento de ellas, pues sólo lo permito por su bien. Algunas almas son capaces, por Mi gracia, de experimentar esta oscuridad durante un periodo de tiempo más largo, como Mi santa Madre Teresa, que experimentó esto durante más de 50 años. La mayoría de las almas son incapaces de soportar un periodo como éste y puede que sólo se les permita pasar por una experiencia en la cueva durante una semana o dos, o unas pocas semanas. Yo estoy siempre vigilante y, en un momento, levanto esta experiencia cuando un alma es incapaz de soportar la prueba. Soy todo amor. Amo a las almas. Hago lo que es mejor para ellas y sólo me manifiesto de este modo, como si me escondiera de las almas elegidas. (Nombre oculto) es un alma así. Confía en Mí, hija Mía. Acompáñale en su viaje. Tú también has sido elegida para estar a su lado. (Nombre oculto) también lo hará, pues también comprende. Sed para él hijas de la fe y del amor. Ayudadle a ver que sigo estando con él y, con el tiempo, volverá a saberlo, pero de un modo aún más profundo. Tengo más trabajo para él en traer almas a Mí y es este sentido de propósito, servirme, lo que le ha impulsado. Ahora le estoy llamando a un nivel más profundo de confianza; a seguirme cuando no puede verme. Atravesará esta prueba de fuego y será aún más fuerte por ello. Como resultado, animará y dará testimonio a los demás. Cuando se hayan cumplido sus días en la tierra, entrará en la gloria de Mi Reino, pero aún no es el momento. Hay más cosas que tengo para él y forman parte del plan de Mi Padre. Todos los lugares a los que he llevado a Mi fiel hijo (nombre oculto) convergerán en el camino actual y le llevarán hacia el siguiente camino que he puesto ante él. Todavía no puede ver este camino, pero algún día lo verá y, cuando lo haga, comprenderá con un profundo sentimiento de asombro lo que he hecho en él y a través de él. Ahora, hijos míos, debéis confiar en Mí. Debéis ayudar a (nombre oculto) a confiar en Mí aunque no pueda ver. A menudo ha dicho: «Aunque no sepamos lo que nos depara el futuro, sabemos Quién nos depara el futuro». Recuérdale esto, hijo mío».
«Hijos de la Luz, habrá entre vosotros quienes experimenten pruebas como ésta. Es cierto que estas pruebas son muy difíciles. Lo comprendo, pues yo experimenté pruebas particulares y específicas cuando estaba en la Tierra. Tuve que sufrir dificultades extremas, la traición de amigos y seres queridos, persecuciones de todo tipo y sufrimientos humanos como ningún hombre ha experimentado jamás y con tanto amor en Mi corazón por Mis perseguidores. Comprendo y, sin embargo, los sufrientes que estarán a vuestro alrededor cuando los Tiempos de las Grandes Pruebas estén en su apogeo, merecen almas compasivas y amorosas que les atiendan. ¿Cómo estaréis preparados si Yo no os preparo? Yo misma os estoy preparando, queridísimas almas de Mis Hijos de la Luz. Mi Madre vela por vosotros e intercede por vosotros para que soportéis las pruebas, a fin de que estéis mejor preparados para servirme en la forma que será necesaria.»
«Escuchad, hijos Míos y prestad atención a lo que digo. Estoy levantando guerreros espirituales para que formen parte del ejército de Mi Santa Madre María. ¿Creéis que sois rivales para las batallas de los malvados que siguen al maligno? No estáis preparados. Debéis aumentar vuestro tiempo de oración y ayuno. Haced obras caritativas de amor para vivir el Evangelio como Yo os he mostrado con Mi vida. Sed amor y misericordia en medio de los más necesitados. Te estoy preparando como en un campo de entrenamiento espiritual. No os conforméis con que Yo retrase el tiempo de las grandes pruebas, pues ya está sobre vosotros. Doy los toques finales necesarios en vuestras almas para prepararos. Ojalá hubiera más tiempo, pero sólo queda tiempo suficiente si trabajáis con rapidez. El trabajo que se necesita es el trabajo en vuestras almas. Pasad más tiempo en Mi Palabra, leyendo los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles. Pasad más tiempo en oración, especialmente la oración del rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia que se os ha dado en esta Era de Desobediencia para salvar almas del enemigo y ganarlas para el Reino de los Cielos. Frecuentad los Sacramentos ahora más que nunca. Fortaleceos con la Eucaristía. Frecuentad la confesión lo más a menudo posible, semanalmente si podéis, para que Mis gracias llenen vuestras almas y seáis dóciles y abiertos a Mi guía.»
«Hijos de la Luz, es hora de dejar de lado toda forma de entretenimiento, pues no hay tiempo que perder. El tiempo que pasáis viendo la televisión debéis pasarlo inmersos en la oración y la lectura sagrada. Dialogad profundamente con vuestros hijos sobre las cosas que les preocupan y escuchadles. Habladles de Mí y de Mi santa Madre María. Diles que Yo Me manifiesto en el mundo y en la vida de Mis hijos. Diles todo lo que he hecho por la humanidad desde el principio de vuestro mundo y hasta ahora. Diles que estoy con ellos como estuve con Noé y Abraham a través de los siglos hasta Mis Apóstoles, la Iglesia primitiva y ahora con ellos. Son importantes para el plan de Mi Padre para la salvación del mundo y por eso os envía a Mi Madre para que os traiga palabras de luz, esperanza, fe, verdad y aliento. Ella os fortalece con Sus palabras que proceden del corazón de la Trinidad y está completa y perfectamente entrelazada y en comunión con la Santísima Trinidad porque Ella es Mi Madre, Mi Paloma, Mi purísima Madre María que es una de vosotros y, sin embargo, apartada en gracia. Ella está completamente llena de gracia hasta el punto de desbordarse constantemente, y cuando intercede por vosotros, asegura las gracias para las necesidades individuales de cada uno. A vosotros, hijos míos, os corresponde estar abiertos y recibir las gracias que Ella os asegura desde el trono del Padre en el Cielo, así que, hijos míos, estad abiertos. Sed receptáculos de gracias para que, a vuestra vez, podáis imitar a Mi Madre, que Me imita perfectamente, y ser portadores de Mis gracias al mundo. Ayunad, rezad y seguid el ejemplo de Mi santa Madre María que, diligentemente y con perfección, guía a todos Sus hijos hacia Su Hijo.»
«Rezad, hijos Míos. Rezad por vuestros hermanos y hermanas que no Me conocen, o que no Me siguen. Rezad y ayunad, hijos Míos, pues hay muy poco tiempo y debéis estar espiritualmente preparados. Por Mis hijos que sufren, veo y conozco vuestro dolor. Lo conozco bien, pues estoy en vosotros y vosotros estáis en Mí. Yo experimento lo que vosotros experimentáis. Os permito recibir una pequeña muestra de lo que sufrió vuestro Jesús. Ofrécemelo todo por el bien de las almas y te aseguro que no será desperdiciado. Ni una sola gota de sufrimiento derramada por amor a Jesús se desperdicia jamás. Mantén tus ojos firmemente fijos en Mí y todo irá bien».
Gracias, mi Jesús de misericordia. Gracias por Tus palabras llenas de luz y de vida. Guíanos cada día, Señor. Que cada paso que demos nos acerque un paso más a Tu Reino. Ayúdanos a amarte y a seguirte. Toma mi voluntad Jesús y sustitúyela por Tu perfecta Voluntad. Te amo, mi Señor y mi Dios. Ayúdame a amarte más. Gracias por el don de Tu Madre María, que, por Ti, es también nuestra Madre. Gracias, Señor, por la belleza de la fe que se ha transmitido a través de los siglos, tal como ha dicho el Padre (nombre oculto) en su homilía de hoy. Gracias por el Padre (nombre oculto). Bendícelo y protégelo a él y a todos Tus santos hijos sacerdotes.
«Ovejita mía, sigue rezando por Mis santos sacerdotes que estarán en el fragor de la batalla entre el bien y el mal. Mi Madre aplastará la cabeza de la serpiente. Deseo que muchos de Mis sacerdotes guíen a los Hijos de la Luz bajo la protección del manto de Mi Madre. Deseo que muchos sacerdotes santos os guíen, siguiéndola a Ella, hacia la Era de la Paz. Éste es Mi deseo. También es el deseo de Mi Madre. Sólo Mis hijos devotos de Mi Madre prevalecerán en el gran tiempo de las pruebas. Esto es así porque Mi Padre así lo quiere. Estas son palabras fuertes, corderito mío, y te agradezco que las hayas escrito. Gracias porque no te encoges al oírlas, aunque quieras hacerlo y dejes la pluma».
Jesús, son fuertes, pero aún más fuerte es la imagen que hay en mi mente y que te pido que borres. Señor, todo lo que Tú dices es verdad y por eso, puesto que Tus palabras son verdad y no pueden cambiarse, te pido que hagas de cada sacerdote vivo en este momento un devoto seguidor de Tu santa Madre que siempre conduce a Sus hijos a la seguridad y al amor de Su Hijo, Tú, nuestro Salvador y Señor. Jesús, salva a las almas. Jesús, protege a nuestros pastores. Dales todas las gracias necesarias, porque nosotros, Tus ovejas, los necesitamos y eso (nuestra necesidad de ellos) fue y es ordenado por Ti, nuestro Sumo Sacerdote. Señor, no dejes a Tus ovejas sin los pastores que nos has dado. No nos las quites, pase lo que pase. Aunque no las merezcamos, Tú mismo nos las diste. Gracias, Señor, dador de todo don bueno. Gracias por el don de las vocaciones sacerdotales, somos bendecidos por y a través de ellas. Jesús, aunque haya sacerdotes faltos de fe, Tú actúas a través de ellos para consagrar el pan y convertirlo en Tu cuerpo, sangre, alma y divinidad. A través de sus manos consagradas no sólo visitas a Tu pueblo, sino que te haces uno con nosotros. Quédate con ellos, Jesús, y no permitas que perezca nadie que lleve en su alma la marca indeleble del sacerdocio. Jesús, Salvador del mundo ten piedad de nosotros. Jesús, Buen Pastor, ten piedad de Tu rebaño. Jesús, gran Médico ten piedad de nuestras almas enfermas y vacías de Luz. Jesucristo, Hijo del Dios Vivo, ten piedad de mí, pecador. Jesús, María y José, te amamos salva las almas.
«Gracias, hija Mía. Gracias por tus oraciones sinceras y por transcribir Mis palabras por difíciles que sean de oír. Resuenan en tu interior y percibes su gravedad, aunque muchos no lo harán. Así es como debe ser, sin embargo los que presten atención a Mis palabras se alegrarán y regocijarán más tarde, cuando superen las pruebas. No te preocupes por los que se burlan de Mis palabras, pequeño, pues esto no es nada nuevo. Se burlaban de Mí cuando caminaba entre los hombres y esto no ha cambiado a través de los tiempos. No te preocupes, sólo sígueme. El mundo no os aprobará, Hijos de la Luz, pues a Mí no me aprobó. Por eso os llamo Hijos de la Luz, porque seguís a Jesucristo y sois portadores de Mi luz. Los mundanos siguen las tinieblas. Rezad por las almas que caminan en las tinieblas, pues es Mi Voluntad que todos se salven. Vete ahora, hija Mía. No te preocupes por tus seres queridos. Yo estoy en medio de vosotros. San Pío reza por ti y estás a su cargo al igual que tu familia».
Gracias, Jesús amado mío. Gracias.
«De nada, hija mía. No te preocupes por tu camino hacia (lugar retenido). El plan de Mi Madre dará sus frutos. Aunque no serás la primera en trasladarte allí, tu familia estará entre las primeras. Pronto todo estará en su sitio».
(Diálogo privado omitido.)
«Hija mía, cuando cada día pones cada pensamiento y cada acción en Mi Voluntad, y deseas firmemente caminar en Mi Voluntad, Yo guío tus pensamientos y acciones. Continúa comenzando y terminando cada día en oración, como Mi hijo guía a su pequeña familia en la oración. Esta es Mi Voluntad para las familias y de este modo estáis protegidos en Mi Voluntad. No te preocupes por el bienestar de tu familia ni por tu sustento. Déjamelo a Mí. Todo se solucionará con el mínimo esfuerzo por tu parte. Ya has gastado el esfuerzo y continúas haciéndolo donde es más importante. Por tanto, te has abierto a más gracias. Daos cuenta de esto, Hijos Míos de la Luz, cuando vivís el Evangelio con amor, sacrificáis vuestras vidas por Mí y rezáis, os abrís más a las gracias de Dios y Mi poder se habilita. Yo obro milagros en vuestras vidas cuando vivís vidas santas de obediencia y sacrificio. La vida se convierte en alegría. No os preocupéis, pues, por todo lo que no hacéis. Haz lo que puedas, céntrate en las necesidades apremiantes de los demás y Yo enviaré ángeles para que hagan el trabajo que tú no puedes hacer. No lo veréis, hijo mío e hija mía, pero os asombraréis de cómo las cosas se pondrán aparentemente en su sitio con poco esfuerzo por vuestra parte, pues vuestro esfuerzo se centra en actos de amor y devoción. Por tanto, no te preocupes, sino alégrate. Sígueme. El plan de Mi Madre se está desarrollando y pronto estarás donde se te necesite. (Nombre oculto) se pondrá bien, hija Mía. Será lento, pero se recuperará para servirme hasta que cumpla su misión en la tierra. Anímate y sabe que Yo actúo en él. No le expongas, contra su voluntad, a malas formas de entretenimiento, pues esto sirve para interferir en el hermoso trabajo que estoy realizando en su alma. Aconseja a (nombres ocultos) en esto, y si no te escuchan envía a tus ángeles para que le protejan cuando tú no estés. Es el momento de ser amor y misericordia y de mostrar amor y misericordia. Es el momento del amor sacrificado, y todos los deseos egoístas deben dejarse a un lado. Dile esto a (nombres ocultos). Si alguno no escucha, no es responsabilidad tuya, pero transmíteles esto. Reza por ellos y muy especialmente por aquel que ha endurecido su corazón. He escuchado tu oración de perdón y curación, hija Mía. Te estoy curando y ahora mírame actuar en la vida de aquellos que te han herido. Han sido liberados por ti y entregados a Mí. Ahora están en Mis manos donde empezaré a trabajar en ellos. Vete ahora en paz, corderito Mío. Vete en paz y en amor a Mí, el Cristo. Todo irá bien».
Amén. Alabado seas, Jesús. ¡Te amo!
«Y Yo te amo a ti. Te bendigo a ti y a quien no ha podido estar hoy aquí, en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Id en paz de la Santísima Trinidad a amar y servir al Señor Dios todopoderoso».
Que así sea, según Tu Voluntad.
Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com
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